domingo, 18 de agosto de 2013

En la cuna de los mormones

 Botas

José Ramón Márquez

 La ciudad está en Utah y se llama Salt Lake City, pero también se la conoce como SLC. A un lado está el lago, un pedazo de lago, nada que ver con el de la Casa de Campo; al otro, una tremenda sierra, la cordillera Wasatch, y en medio, la ciudad, que es perfectamente rectilinea y ordenada a partir de una longitud y una latitud que se fijó al lado del Gran Templo, desde donde todas las calles y las avenidas toman su orientación.

El Gran Templo es el Vaticano de la iglesia mormona, también llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que se asentaron aquí a mediados del XIX huyendo de persecuciones y malos rollos; venían a fundar la Nueva Sión y fundaron SLC y el Zions First National Bank. En aquellos viejos tiempos se aceptaba la poligamia entre los fieles y esto fue causa de que se retrasase la incorporación de Utah como Estado de la Unión. Una oportunísima visión de Brigham Young, el segundo profeta, el Moisés americano, sirvió para eliminar simultáneamente la práctica y el obstáculo.

En los años en que los mormones fundaron SLC todo esto era territorio de México, antes de que los gringos les quitasen medio país. El primer blanco que anduvo por estas tierras del que se tiene noticia era franciscano y santanderino de Treceño, a medio camino entre Cabezón de la Sal y San Vicente de la Barquera, fray Silvestre Vélez de Escalante, que ya se sabe que la gente de la Montaña es inquieta y emprendedora.

SLC es un centro -downtown dicen aquí- alrededor del Gran Templo, en la parte alta de la ciudad, que es donde están los edificios más altos y una gran extensión de calles y avenidas hacia abajo y hacia los lados. La ciudad está extremadamente limpia, cuidada y florida, como corresponde al cuidado que los eclesiásticos ejercen sobre ella. Da la sensación de que SLC estuviese sólo habitada por personas como el Flanders de los Simpson; todo está tan pulcro y ordenado que llega a dar un poco de grima. Hoy se celebra la 'Fiesta de la Cerveza', pero a las ocho y media de la tarde ya están apagando la música y la gente empieza a desfilar, que ésas ya no son horas.

Para llegar aquí antes pasamos por el Fossils Bute National Monument, un secarral impresionante donde impera el polvo; este sitio hace la torta de millones de años era una laguna subtropical llena de animales, plantas e insectos que se convirtieron en fósiles, para que luego digan los del cambio climático, que viendo estos montes -butes- tan pelados, esta aridez, a nadie se le ocurriría pensar que aquí nunca pudo haber hasta cocodrilos, peces o tortugas. Un ex minero llamado Lee Craig, que había quedado cojo, con pata de palo como corresponde a la época, se dedicó a explotar este impresionante yacimiento, cuyas piezas están en colecciones privadas y en Museos de todo el mundo.

Y antes, mucho más Oeste en este grandioso descubrimiento que es Wyoming, ranchos kilométricos donde se cultiva el trigo o la alfalfa en las partes más fértiles o donde el ganado se busca su sustento. He aquí un reto para el alcalde de Marinaleda para este año, a ver qué hacemos con estos latifundios, que esto sí que son laifundios, y algo habrá que hacer.
 
 El Virginiano

 Afton

 El trigo y el desierto

 Aviso

 El lago de hace once millones de años

 Serpientes de cascabel

Vaticano mormón