El presente conflicto nace por el fondeo de los “llanitos” de bloques de hormigón “con pinchos” en las aguas de la bahía de Algeciras. Si ello perturba más o menos a los peces, si niega a los pescadores españoles la posibilidad de lanzar sus redes en esa zona cuando sopla el levante, o si se trata de un comienzo para basamento de una posterior expansión territorial, eso es adjetivo ahora. Lo fundamental es el hecho consumado de las autoridades gibraltareñas que han roto grave e unilateralmente el sensible “status quo” hispano-británico/gibraltareño. Y eso crea el conflicto. Inmediatamente, comienzan las medidas de “retorsión” españolas en la Verja y se producen los contactos y quejas diplomáticos.