Al amish se le averió el dos caballos
José Ramón Márquez
En marcha hacia el Oeste.
De Illinois a Winsconsin y Minnesota, pasando sobre los ríos Missisipi y Missouri; como aquel que dice, una casi recta que recorre la Interestatal 90, de no sé cuántos kilómetros, flanqueada todo el tiempo a ambos lados por el impresionante monocultivo del maíz. Maíz recién plantado, maíz crecido, maíz creciendo... todas las etapas de la vida del maíz a ambos lados de la carretera durante todo el tiempo, en centenares de kilómetros que forman la más imponente plantación de maíz que se pueda concebir. Imagino que, para vilipendio del ecologista ortodoxo, todo ese maíz debe ser transgénico y abonado con productos nefastos, que eso dice el manual, pero la verdad es que el aspecto de las plantaciones es inmejorable. El paisaje de color verde, verde maíz, queda puntuado aquí y allá con esas elegantes granjas que tan poco tienen que ver con las explotaciones agropecuarias de nuestra Patria. Cómo será la cosa del maíz que en Mitchell existe el Corn Palace, el Taj Mahal del maíz, que recibe anualmente a más de medio millón de personas, e incluso los rótulos de las calles ostentan el dibujo de una panocha.
Pero antes de llegar a Mitchell pasamos por un trocito de Noruega, Viroqua, y por los sitios donde viven los Amish, que por aquí también los hay. De ellos lo que más causa la envidia de un español de a pie es que su menosprecio de los inventos modernos les impide poseer aparatos de radio, por lo que, al no poder recibir los arrullos mañaneros de los Tertulianos, pueden llegar al trabajo en su carricoche, tan ricamente, sin que nadie les soliviante.
En Wisconsin nació el mítico Les Paul, que prestó su nombre a una guitarra, la guitarra del rock; pero lo que más fama le da al Estado es su producción de queso, que también hay unos cuantos millares de vacas, además del maíz. Los pobres se esmeran en publicitar sus quesos y enaltecer lo propio, pero el panorama quesero de Wisconsin, aunque su producción sea grande, es extremadamente escuálido si lo comparamos, por ejemplo con la variedad de quesos que produce Liébana.
Todas estas planicies fueron hasta no hace mucho el territorio de los indios. En Sioux Falls están las cataratas, pero no hay rastro de los sioux, su sitio fue tomado por los colonos de La Casa de la Pradera y por allí está la casa natal de Laura Ingalls, que imagino que su padre, el de verdad, no sería como Michael Langdon. La verdad es que hasta el momento sólo he visto a una india muy mayor, sentada al volante de un pick-up mientras un hombre blanco, también muy mayor, echaba agua al viejo radiador.
Va cayendo la tarde en la recta interminable y en la radio suena el Garden Party de Ricky Nelson.
Al registrarme en un hotel en Worthington, la chica mira el permiso de conducir y pregunta de dónde es.
-España, le digo.
- ¿Dónde? ¿Cerca de México?, dice ella.
- No. Europa.
El maíz
Mississipi
Corn Palace
Corn signal
West