sábado, 9 de marzo de 2013

El blues del Barbú

 Francisco Simón, Jeff Espinoza, Ariel Ruiz (invitado)

-¡Dichosos toros! ¡Me dejan sin hijos!
Exclamación del padre de Andrés del Campo Dominguín,
 domiciliado en la calle del Ave María, 15,
 a la muerte de éste por la cornada de un toro de José Bueno.
Su hermano Domingo, vecino de la Cava Baja, 36,
 había sido muerto en Barcelona
 por un toro de Miura.
En la muerte de los dos hermanos se dan curiosas coincidencias.
 Ambos son cogidos por el primer toro de la tarde,
 los dos estaban acompañados por un Algabeño,
 y en las dos corridas, además de los Dominguín,
 fue cogido otro torero.
 (Tomado de Gente pa tó)

Un día el perro Paco entró en el Congreso.
-Es Paco -dijo un diputado.
-¿Por qué distrito viene? -interrogó otro.
 -Por la tajada.
(Episodio del celebérrimo perro Paco tomado de Gente pa tó)

El estado del torero fue empeorando y, finalmente el día 14, hubo que tomar la decisión
 de amputarle la pierna, cuatro dedos por debajo de la rodilla. 
A las tres de la tarde de ese día el doctor Benavides comenzó la amputación.
 El Tato se negó a que le aplicasen cloroformo y fumaba un cigarro mientras tanto,
 demostrando gran valor y presencia de ánimo.
 En el momento de la operación, El Tato exclamó con tristeza: "¡Adiós Madrid!"
 La extremidad amputada se exhibió durante años, en un frasco de formol, 
en una farmacia en la esquina Fuencarral/Desengaño, 
destruida por un incendio, perdiéndose la pista de El Tato.
(Tomado de Gente pa tó)

Fotografías de Patricia Gil Salgado