domingo, 15 de julio de 2012

El cine y los jardines

Los Noailles (Charles y Marie-Laure) en la película "Bíceps et Bijoux",
 de Jacques Manuel

Durante muchos años presidió la Sociedad francesa de Amigos de los Jardines el vizconde Charles de Noailles.

Charles de Noailles fue el afortunado mortal que logró contraer matrimonio con la heredera de una de las primeras fortunas de Francia: Marie-Laure Bischoffsheim. La boda se celebró en Grasse en 1923. Apasionados del arte y sobre todo de la celebridad que el arte puede reportar, los jóvenes esposos abrazaron la carrera de mecenas. Era la moda y la mayor parte de los puestos de mecenazgo estaban ya ocupados: la música la tenía la princesa de Polignac, née Winnaretta Singer; la danza Misia Sert; los bailes de sociedad y los raouts (los saraos) los Étienne de Beaumont. No quedaba más que el cine y lo agarraron por donde más quemaba, por el lado surrealista. Fueron ellos los que financiaron aquellas películas ante las que era de rigor caer en éxtasis si no se quería pasar por filisteo y retrógrado y en las que el mal gusto se da la mano con el tedio y la perversidad: Le sang d’un poète, Un chien andalou, Le mystère du château de Dé, L’ Âge d’or.

A Cocteau lo conocía Marie -Laure desde los quince años cuando, ceguera de la adolescencia, se enamoró de él; la amistad sería eterna y él la llamaba Marie-Laure de Noailles, nez (que suena en francés igual que née) Bischoffsheim. Del lado judío le venía no sólo la nariz, sino la fortuna, pero sus aficiones en cambio se las atribuía a su abuela Laure de Sade, inmortalizada por Proust como Oriane de Guermantes, descendiente de la Laura del Petrarca y del marqués de Sade.