San Martín comparte su capa con el mendigo
El Greco
El Greco
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La Navidad son valores.
Lo que pasa es que ahora mismo no hay un valor que no sea del Barça, si damos crédito a su presidente.
¿Que preguntas por la democracia qatarí? “La democracia y Qatar son los valores del Barça”. ¿Que el Museo de Cera de “Madrit” aparta a Urdangarín, porque así son de españolazos los barandas de ese absurdo negocio de vivos murientes? “La presunción de inocencia es uno de los valores del Barça”. ¿Que un simplón llama “perdonavidas” a Mourinho por darle su chaleco a Dani Carril, defensa de la Ponfe, como San Martín su capa al mendigo de Amiens? Pues va Rosell y, como así son los valores del Barça, le premia con la piñata del “Vázquez Montalbán”: Vázquez por la Fundación del Barça y Montalbán por los Periodistas del Barça, capaces de escribir, por ejemplo, que Saviola es mejor que Zidane. (“Zidane es un negocio que juega a fútbol; Saviola es un jugador de fútbol que hará negocio”, era el retruécano).
Pero el compendio de todos los valores del Barça, que, después de todo, son los valores de la Navidad, es Pep (Guardiola para el vulgo).
–Pep es el garante de una manera de obrar única –dijo Rosell de Pep en una carta al parlamento catalán, apropiándose de un concepto que Umbral aplicaba a Pitita Ridruejo.
Y Rosell remató con una media de las de Leandro, el torero más cursi del escalafón:
–Ojalá sigas escuchando a tu corazón.
Eso le dijo a Pep, sólo que Pep, lo mismo que Don Juan, en vez de corazón tiene un taxímetro, como bien lo ha visto el árbitro Iturralde, conocedor de los valores del Barça:
–¿Habla Guardiola en algún sitio que no sea la rueda de prensa? ¡Ah, sí! En los anuncios del Sabadell. La pela es la pela.
“La pela es la pela” es una rusticidad de Iturralde. Un Alexandre Rosell i Feliu dice “el valor es el valor”.
El valor es Neymar, el del crestón, y como los valores son del Barça, con dos o tres entrevistas que dé Pep nos lo compramos. Que se lo compran, vamos. Lo que pasa es que Pep es humilde. ¿Más o menos que María Soraya, que también se declara humilde? Hombre, Pep va de amigo de Zapatero, que una vez dijo en la tribuna del Congreso que a humilde a él no le ganaba nadie. Después de Zapatero, pues, Pep, y detrás de Pep, María Soraya.
Para que Pep pueda soltar las dos o tres entrevistas que necesita Rosell para comprarse el crestón de moda se necesita estar descansado, y Roures, ese basilisco de la lucha de clases, ya le ha buscado a su Barça un día de descanso más que el Madrid en la Copa.
–Això està bé, tu, però, a més a més, ¿ens deixaria l'oncle Villar jugar el segon partit a casa?
Jugar el segundo partido en casa con un día más de descanso es un valor del Barça. Ni el marqués de Del Bosque ha podido reprimir su envidia:
–Me gusta todo lo que hace Pep.
Rajoy mandará mucho en España, pero futbolísticamente se quedó en el Pontevedra de Manolo Batalla. Aquí, el que da la hora en el fútbol sigue siendo Roures, el relojero de Zapatero.
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Abc
La Navidad son valores.
Lo que pasa es que ahora mismo no hay un valor que no sea del Barça, si damos crédito a su presidente.
¿Que preguntas por la democracia qatarí? “La democracia y Qatar son los valores del Barça”. ¿Que el Museo de Cera de “Madrit” aparta a Urdangarín, porque así son de españolazos los barandas de ese absurdo negocio de vivos murientes? “La presunción de inocencia es uno de los valores del Barça”. ¿Que un simplón llama “perdonavidas” a Mourinho por darle su chaleco a Dani Carril, defensa de la Ponfe, como San Martín su capa al mendigo de Amiens? Pues va Rosell y, como así son los valores del Barça, le premia con la piñata del “Vázquez Montalbán”: Vázquez por la Fundación del Barça y Montalbán por los Periodistas del Barça, capaces de escribir, por ejemplo, que Saviola es mejor que Zidane. (“Zidane es un negocio que juega a fútbol; Saviola es un jugador de fútbol que hará negocio”, era el retruécano).
Pero el compendio de todos los valores del Barça, que, después de todo, son los valores de la Navidad, es Pep (Guardiola para el vulgo).
–Pep es el garante de una manera de obrar única –dijo Rosell de Pep en una carta al parlamento catalán, apropiándose de un concepto que Umbral aplicaba a Pitita Ridruejo.
Y Rosell remató con una media de las de Leandro, el torero más cursi del escalafón:
–Ojalá sigas escuchando a tu corazón.
Eso le dijo a Pep, sólo que Pep, lo mismo que Don Juan, en vez de corazón tiene un taxímetro, como bien lo ha visto el árbitro Iturralde, conocedor de los valores del Barça:
–¿Habla Guardiola en algún sitio que no sea la rueda de prensa? ¡Ah, sí! En los anuncios del Sabadell. La pela es la pela.
“La pela es la pela” es una rusticidad de Iturralde. Un Alexandre Rosell i Feliu dice “el valor es el valor”.
El valor es Neymar, el del crestón, y como los valores son del Barça, con dos o tres entrevistas que dé Pep nos lo compramos. Que se lo compran, vamos. Lo que pasa es que Pep es humilde. ¿Más o menos que María Soraya, que también se declara humilde? Hombre, Pep va de amigo de Zapatero, que una vez dijo en la tribuna del Congreso que a humilde a él no le ganaba nadie. Después de Zapatero, pues, Pep, y detrás de Pep, María Soraya.
Para que Pep pueda soltar las dos o tres entrevistas que necesita Rosell para comprarse el crestón de moda se necesita estar descansado, y Roures, ese basilisco de la lucha de clases, ya le ha buscado a su Barça un día de descanso más que el Madrid en la Copa.
–Això està bé, tu, però, a més a més, ¿ens deixaria l'oncle Villar jugar el segon partit a casa?
Jugar el segundo partido en casa con un día más de descanso es un valor del Barça. Ni el marqués de Del Bosque ha podido reprimir su envidia:
–Me gusta todo lo que hace Pep.
Rajoy mandará mucho en España, pero futbolísticamente se quedó en el Pontevedra de Manolo Batalla. Aquí, el que da la hora en el fútbol sigue siendo Roures, el relojero de Zapatero.
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LA TÍA ESCOLÁSTICA
Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo espanta moscas, y la semana, con las vacaciones de los futbolistas, ha sido dura para la prensa, dedicada a preguntarle a la tía Escolástica si Mou, al hablar de “partidillos”, ninguneó la Toyota del Barça. Alves y Valdés, encargados de explicar los asuntos más complejos de su club, dijeron: “El Mundialito de clubs merece algo más de respeto”. Mas para eso habría que empezar por hablar de “Mundialazo”. A Mundialazo, partidazo, pero a Mundialito, partidito.
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Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo espanta moscas, y la semana, con las vacaciones de los futbolistas, ha sido dura para la prensa, dedicada a preguntarle a la tía Escolástica si Mou, al hablar de “partidillos”, ninguneó la Toyota del Barça. Alves y Valdés, encargados de explicar los asuntos más complejos de su club, dijeron: “El Mundialito de clubs merece algo más de respeto”. Mas para eso habría que empezar por hablar de “Mundialazo”. A Mundialazo, partidazo, pero a Mundialito, partidito.
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