jueves, 22 de diciembre de 2011

El Dream Team


Pedro Ampudia

Ayer decidió Rajoy acudir a esta serie de finales que se avecinan con un equipo de fieles dejando a las estrellas en el banquillo cuando no en la grada. Si Diego Torres escribiera crónica política tendría hoy abundante material para fabular durante días con latas de Red Bull que sobrevuelan los despachos de Génova hasta estrellarse en algún retrato de Fraga. Nunca sabremos quien sería su Pedro León, pero se admiten apuestas en ventanilla.

Hace ya casi 16 años, que se dice pronto, presentó Aznar su primer gobierno que a juzgar por lo anterior y lo que vino después era el Dream Team de esta democracia siempre a punto de romperse los ligamentos. Con aquel equipo se produjo aquella milagrosa remontada en la eliminatoria contra Maastricht que nos permitió pasar a la fase de grupos de la Champions. Somos muchos los que podemos recitar aquella alineación de memoria y no guardamos el álbum por que no hicieron cromos. En aquel equipo hasta el utillero, que era Barea, era una estrella. Aznar era un Mourinho que siempre dejaba hablar a un Karanka de Valladolid para que metiera la pata. De aquellos sólo jugará el viernes el propio Rajoy, no sabemos si por cuestiones de feeling como le pasaba a Guardiola con Eto'o.

Gallardón, del que nunca sabremos cual es su ideario más allá del ansia de mando, va a coger la cartera de justicia y estamos temblando ante la posibilidad de que nombre al Gran Wyoming fiscal general del estado. "Muy bueno. Wyoming es muy bueno". Decía don Alberto no hace tanto. Con el brindis por el cargo y los festejos navideños podemos esperar cualquier cosa de este favorito de los cebrianes.

Con el número de Interior ha puesto Rajoy al "catalán" Fernández. Los del diario Sport tienen a Carazo y este gobierno tiene a Fernández. Vallisoletanos de cuna que quieren hacerse perdonar el pecado. Carazo loando al Barcelona con ese acento de Tierra de Campos y Fernández alabando la política de inmersión lingüística del nacionalismo triumfant.

Al final lo que realmente nos importa es quién va a jugar en la línea de creación y en eso Rajoy ha mirado atrás y va a jugar con canteranos de la época de Aznar. De Guindos y Montoro en el doble pivote parecen potentes en la recuperación y hábiles distribuyendo juego en estos tiempos en que no nos vale el tiqui-taca. El de Hacienda ha permanecido siempre en el equipo esperando su oportunidad mientras el de Economía marchaba a jugar a otras ligas a acumular experiencia como Arbeloa.

Que Dios reparta suerte.

En La Vida por Delante