domingo, 18 de abril de 2010

"SIMÓN, HIJO DE JUAN, ¿ME QUIERES?"


DOMINGO, 18 DE ABRIL
3º DE Pascua 3ª Semana del Salterio

Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:

-Me voy a pescar.

Ellos contestan:

-Vamos también nosotros contigo.

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla, pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:

-Muchachos, ¿tenéis pescado?

Ellos contestaron:

-No.

Él les dice:

-Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.

La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:

-Es el Señor.

Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:

-Traed de los peces que acabáis de pescar.

Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice:

-Vamos, almorzad.

Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.

Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro:

-Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?

Él le contestó:

-Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Jesús le dice:

-Apacienta mis corderos.

Por segunda vez le pregunta:

-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?

Él le contesta:

-Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Él le dice:

-Pastorea mis ovejas.

Por tercera vez le pregunta:

-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?

Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:

-Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.

Jesús le dice:

-Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.

Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:

-Sígueme.


Juan 21, 1-19