José Ramón Márquez
Sevilla, Sevilla. Toros en Sevilla. Todo el mundo anda por allí.
Un día, para los sevillanos, la gracia está en una señora que se llama Carmen Tovar, que es la jefa de la cosa taurina andaluza. Llega la fuerza pública y la saluda. Llegan los funcionarios de guardia en el callejón con sus trajes raídos de tanto concurso y adjudicación y la saludan. Llega un señor y la saluda.
-Es su marido, se llama Francisco Luque. Pero no tiene nada que ver con el torero... creo -dice una señora rubia entrada en años
-Ah!
-Y aquél que está en el burladero que pone Junta de Andalucía... ¿Le ve usted?
-¿Ése de las entradas en la cabeza?
-Sí, el de las entradas de la alopecia, ése. Porque de las otras... Ése es su primo. Tiene una carnicería en Castilleja de la Cuesta..
-Pues yo creía que esto de La Maestranza era como de gente más fina, que estos funcionarios y ese carnicero y esta señora endomingada...
-No se crea, etc.
Otro día miras el callejón y allí están Rivera, el hijo de Rivera y nieto de Riverita; Espartaco, Don Alfonso Fernández de Peñaranda o Don Pedro Sánchez-Ibargüen.
-Es que hoy son los Jandilla y sus sobreros y torean Morante y Cayetano. Por eso viene el hermano. ¿Sabe usted? Mire, en la barrera está la Duquesa de Alba con la señora ésa que se llama Talegón. -¡Vaya apellido!
-Y la novia del torero, que es Miss y se llama Eva. Mire, allí en el tendido está Curro Romero...
-¡Pobre hombre! ¡Qué derecho le lleva la señora...!
Otro día ves a toda esa gente que nadie conoce. Como no está el inmortal Juli, ni el fotogénico Cayetano, muchos se han quedado en la caseta. Además los toros son de Miura. Si fuesen de Juan Pedro, otro gallo cantaría.
-Pues esos tres señores que ve usted ahí en el callejón, el de las barbas y los dos de gafas de aquel burladero son Jueces.
-¡Por Dios, no me venga ahora con Garzón y con Botín ..!
-No, hombre. Esos señores son del Tribunal Constitucional. De los del tabarrón del Estatuto de Cataluña...
-¡Caramba! Pues sí que conoce usted a gente rara...
- Es que yo soy jurista; vamos, que hice la carrera de derecho, aunque no ejerzo.
-¡Ah!, claro, usted hizo buena boda...
-Vendrán aquí a insuflarse de España. Lo digo por lo de Ortega, el filósofo.
-Yo creo más bien que han venido a ver cómo se las ven Rafaelillo y Fundi con los de Zahariche, por si les sirve de inspiración para la que les están liando.
-Pues yo creo que se deberían fijar en la masacre que le está haciendo el picador a ese toro, que me da a mí que con eso se harían mejor la idea de la que les quieren preparar...
Sevilla, Sevilla. Toros en Sevilla. Todo el mundo anda por allí.
Un día, para los sevillanos, la gracia está en una señora que se llama Carmen Tovar, que es la jefa de la cosa taurina andaluza. Llega la fuerza pública y la saluda. Llegan los funcionarios de guardia en el callejón con sus trajes raídos de tanto concurso y adjudicación y la saludan. Llega un señor y la saluda.
-Es su marido, se llama Francisco Luque. Pero no tiene nada que ver con el torero... creo -dice una señora rubia entrada en años
-Ah!
-Y aquél que está en el burladero que pone Junta de Andalucía... ¿Le ve usted?
-¿Ése de las entradas en la cabeza?
-Sí, el de las entradas de la alopecia, ése. Porque de las otras... Ése es su primo. Tiene una carnicería en Castilleja de la Cuesta..
-Pues yo creía que esto de La Maestranza era como de gente más fina, que estos funcionarios y ese carnicero y esta señora endomingada...
-No se crea, etc.
Otro día miras el callejón y allí están Rivera, el hijo de Rivera y nieto de Riverita; Espartaco, Don Alfonso Fernández de Peñaranda o Don Pedro Sánchez-Ibargüen.
-Es que hoy son los Jandilla y sus sobreros y torean Morante y Cayetano. Por eso viene el hermano. ¿Sabe usted? Mire, en la barrera está la Duquesa de Alba con la señora ésa que se llama Talegón. -¡Vaya apellido!
-Y la novia del torero, que es Miss y se llama Eva. Mire, allí en el tendido está Curro Romero...
-¡Pobre hombre! ¡Qué derecho le lleva la señora...!
Otro día ves a toda esa gente que nadie conoce. Como no está el inmortal Juli, ni el fotogénico Cayetano, muchos se han quedado en la caseta. Además los toros son de Miura. Si fuesen de Juan Pedro, otro gallo cantaría.
-Pues esos tres señores que ve usted ahí en el callejón, el de las barbas y los dos de gafas de aquel burladero son Jueces.
-¡Por Dios, no me venga ahora con Garzón y con Botín ..!
-No, hombre. Esos señores son del Tribunal Constitucional. De los del tabarrón del Estatuto de Cataluña...
-¡Caramba! Pues sí que conoce usted a gente rara...
- Es que yo soy jurista; vamos, que hice la carrera de derecho, aunque no ejerzo.
-¡Ah!, claro, usted hizo buena boda...
-Vendrán aquí a insuflarse de España. Lo digo por lo de Ortega, el filósofo.
-Yo creo más bien que han venido a ver cómo se las ven Rafaelillo y Fundi con los de Zahariche, por si les sirve de inspiración para la que les están liando.
-Pues yo creo que se deberían fijar en la masacre que le está haciendo el picador a ese toro, que me da a mí que con eso se harían mejor la idea de la que les quieren preparar...