LEYES Y SENTIDO COMÚN
F. J. Gómez Izquierdo
Los funcionarios y las presas de Alcalá Meco son el tema de conversación entre los muchos españoles que miran y los pocos que trabajan, cosa que al parecer ha disgustado mucho al señor Garzón, al perder protagonismo de tan brusca manera en esta telenovela en la que todo el mundo tiene derecho a escribir su capítulo.
Como ustedes saben, en mi barrio fatimero [de Córdoba] abunda todo tipo de gentes y uno de mis mejores amigos -creo que el mejor de todos- es "boqui". Los que le quieren molestar le dicen carcelero... y el común de los vecinos le tienen por funcionario. Tras "lo" de Meco, los asiduos a la Cruzcampo del bar de la esquina le envidian la ocupación y abren los ojos como los sapos, incrédulos y perplejos al enterarse de que los hombres vigilan a las mujeres. Muchos pensaban que esto sólo pasaba en las películas pornográficas... pues en las películas serias y en el sentido común no cabe semejante necedad. Mi amigo el "boqui" -en parla taleguera-, al que no le gusta contar asuntos carcelarios, nos apunta que también las mujeres vigilan a los hombres y se incomoda y se le nota herido cuando se pone a explicar lo que nadie entiende.
En todos los colectivos hay indeseables y no es cosa de poner ejemplos. Ayer mismo multaron a un conductor que se iba haciendo gayolas mientras sorteaba semáforos. Entre los funcionarios y trabajadores de las cárceles, como cocineros, electricistas, monitores varios (sobre todo entre estos últimos) sale de vez en cuando una oveja descarriada que mete droga o licores a los internos. Los profesionales detectan el portillo y las ovejas son puestas a disposición judicial... pero desde hace unos tres o cuatro años un grupito de señoras preñadas de ignorancia consideraron que la "ley de igualdad" (sólo el nombre ya suena a idiotez) era la panacea para la sociedad en general y para las cárceles en particular. Creyeron estas doñas que en prisiones se debían eliminar las escalas y desapareció tanto la masculina como la femenina... y así, la "seño" Puri entra de servicio en el Módulo 9, donde hay 17 violadores, 5 pederastas, 14 esquizofrénicos, 23 maltratadores de mujeres, 60 yonquis, 15 narcos y 4 atracadores de bancos. Puede que la "seño" Puri tenga suerte y además haya un alcalde que firma peonadas falsas al que el viernes le darán el indulto en el consejo de Ministros.
En justa correspondencia, don Rafael se ocupará del Módulo de Mujeres, y pudiera ser que don Rafael (¡maldita casualidad!) haya sido un rijoso toda la vida... o un presuntuoso... o un nuevo Casanova... o uno de esos gilipollas que van de suripantas los miércoles y los viernes y creen que la Vanessa está loca por ellos... La mayoría de las internas están curadas de espanto y son capaces de lo que no cabe en cabeza humana por conseguir alguna prebenda o algún favor determinado... Muchas de ellas detectan la debilidad, allí donde florece, y no estoy disculpando la canallada del mal funcionario.
No me negarán que no es del todo demencial someter a funcionarias y funcionarios a este sindiós. ¿En qué país del mundo ocurre semejante despropósito? ¿De verdad hay algún ciudadano que crea justo, necesario y efectivo la vigilancia mixta en las cárceles? Si el señor presidente del Gobierno y sus sabias y tenaces ministras ven apropiada y conveniente la relación de funcionarias e internos y de funcionarios e internas... ¿por qué no mezcla a los internos e internas en los distintos módulos y les deja que convivan a su libre albedrío?
Dice mi amigo el "boqui" que los funcionarios y funcionarias denunciaron esta situación nada más producirse. Los jueces, que esperaban ese parto de los montes que ha sido la ley de igualdad, sentenciaron que un hombre puede ocuparse de tantas prostitutas callejeras como entraran en prisión y que una mujer puede vérselas en una pelea de sables artesanales en los "tigres" del módulo de magrabíes... Pues Amén.