DOMINGO, 18 DE ABRIL
3º DE Pascua 3ª Semana del Salterio
3º DE Pascua 3ª Semana del Salterio
Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago Tiberíades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice:
-Me voy a pescar.
Ellos contestan:
-Vamos también nosotros contigo.
Salieron y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla, pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice:
-Muchachos, ¿tenéis pescado?
Ellos contestaron:
-No.
Él les dice:
-Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.
La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:
-Es el Señor.
Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice:
-Traed de los peces que acabáis de pescar.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice:
-Vamos, almorzad.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor.
Jesús se acerca, toma el pan y se lo da; y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro:
-Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?
Él le contestó:
-Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
-Apacienta mis corderos.
Por segunda vez le pregunta:
-Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
Él le contesta:
-Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
Él le dice:
-Pastorea mis ovejas.
Por tercera vez le pregunta:
-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó:
-Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.
Jesús le dice:
-Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió:
-Sígueme.
Juan 21, 1-19