Primeros pasos de El Cid
DOBLE VERSIÓN
Carlos Crivell es un médico (muy bueno) de estómagos (que se ponen malos) que tiene por hobby la tauromaquia. En Madrid, la primera noticia del cartel de Gordillo para Sevilla 2010 se la leí a él. Decía que la obra de Gordillo se basaba en unas fotos "de corridas de toros", pero saltaba a la vista que se trataba de la figura de El Cid en una corrida goyesca (Antequera).
-Bueno, este hombre es médico, sigue al Emo de Galapagar como Marañón a la República y no tiene por qué conocer a los demás toreros. O tendrá una secretaria que le escribe los avisos.
La explicación no era mala, pero tenía un fallo: el doctor Crivell es de Salteras, como El Cid, al que puede no conocer de torero, pero... ¿cómo no conocerlo de vecino?
En Sevilla me aclaran que, en la versión andaluza de la noticia, el doctor Crivell daba cuenta, en efecto, del protagonismo de El Cid en el cartel sevillano de la temporada (el pintor, por cierto, pone "Año") 2010, pero que, por culpa de los duendes del ninguneo, ese protagonismo se perdió en la versión madrileña, lo que indica que en el revisterismo taurino de hoy, como en la cinematografía del destape de ayer, se practica la doble versión: una -la mutilada, titulada Luis Gordillo, autor del cartel taurino de Sevilla-, para Madrid, y para el extranjero, la otra, la completa.
-El ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno -nos dice Octavio Paz en El laberinto de la soledad.
(La meditación sobre Ninguno tiene una fuente en Juan de Mairena, II, de Antonio Machado, sección Nunca, nada, nadie.)
(La meditación sobre Ninguno tiene una fuente en Juan de Mairena, II, de Antonio Machado, sección Nunca, nada, nadie.)
Ignacio Ruiz Quintano