Francisco Javier Gómez Izquierdo
Llamar Hypermotion a la Segunda División no está descaminado, pues el palabro, para mí al menos, suena a emoción excesiva, emoción fuera de lo normal, emoción descontrolada. Falta calidad en el juego, técnica individual en muchos de los jugadores y quizás sobre demasiadas errores "no forzados" en los pases entre compañeros (en todos los equipos, que conste), pero durante los partidos el aficionado está en continua tensión. Es raro el marcador holguero como el 4-0 de ayer del Rácing al Éibar, porque los equipos más goleadores, el mismo Rácing y el Almería, son también de los más goleados. Estropean el potencial ofensivo con su fragilidad atrás. De todos modos el Rácing va encontrando llaves seguras para su puerta y se ha emparejado en la cabeza con el Deportivo de Antonio Hidalgo, un entrenador que entiende la Segunda como ningún otro, a la espera del Almería, en teoría el de mayores argumentos -presupuesto y calidad de la plantilla- y Las Palmas para ver cuáles son los dos que ascienden directo.
Vengo contando cada jornada que el Burgos gasta un fútbol cerocerista poco agradable. El sábado en Ceuta confirmó la tendencia incluso después de que a los 20 minutos Matos anotara el 1-0 con el que acabó el partido. Este Matos es más determinante que lo que muchos entrenadores creen. Bajito, valiente, decidido, contagia entusiasmo a sus compañeros recorriendo con mucho conocimiento la banda izquierda. Su oficio es de lateral izquierdo, pero José Juan Romero le ha asignado tareas rompedoras que le convierten en fases de los partidos en interior y así marcó el gol el sábado a su exequipo que es el mío. Cuando estaba en el Burgos a mí me parecía el jugador más importante por casta y determinación. Me lo sigue pareciendo en el Ceuta y no me explico por qué no jugó el año pasado en el Cádiz. El míster J. J. Romero me recuerda al Julián Calero del Burgos. Con recortes de 1ª FEF y descartes de Segunda, el mismo Matos, se ha "currado un equipo de autor", de artesano. Los elogios se los llevan además de Matos, el delantero centro Marcos, un medio centro pequeñito, Rubén Díaz y el portero Guille Vallejo, paisano de Burgos, que ha confirmado en Ceuta el reconocimiento que alcanzó con el Eldense. Particularmente me gusta Cristian Rodríguez que suele salir en las segundas partes, pero contra el Burgos fue titular para que el Ceuta diera la sensación de equipo con el que tener cuidado y no me extrañaría que hasta disputara los play off a Primera. La última jugada duró cinco minutos con la ya acostumbrada intervención del VAR, para certificar sus caprichos interpretativos.
El Córdoba-Cádiz en El Arcángel se resume como siempre. El portero brasileño del Cádiz, Aznar, paró tres balones difíciles en la primera parte, pero en la Segunda dos despistes, mejor relajaciones, porque si te meten un gol en el saque de centro es que no has acabado de subirte los calzones en el vestuario. A Diakaté, un maliense de 22 años, desde juvenil en el Cádiz, le salió el mejor gol de su corta carrera, -no sé si habrá marcado alguno más- ayudado por la dejación colectiva cordobesista, que le permitió llegar conduciendo hasta el borde del área y sacar un zurdazo sensacional. Falta de concentración defensiva se llama la figura y como a Isma Ruiz no le acompañaba el sancionado Requena la comodidad del Cádiz sin Ontiveros ni Suso, los jugones, a mí me molestó. Me molestó sobre todo Pedro Ortiz, del que tanto esperaba, que empezó correcto pero se fue desconectando y mostrando una apatía aparente que desesperaba.
Ya saben. El Córdoba, como siempre, no mereció perder, pero... hasta que no se arregle lo de la defensa, seguiremos cantando el mismo cantar. Quizás un día veamos a Iván Ania abducido por recónditos pensamientos, como Hansi Flick, y decida escuchar las voces que le gritan como en el balonmano. "defensa, defensa".


