jueves, 9 de julio de 2020

El Cristo

Tip y Coll con el vaso de agua


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Leo que el alcalde de Madrid (“Hola, me llamo Almeida y soy abogado del Estado y alcalde de Madrid”) ha firmado su primer Consenso Histórico para barrer, al fin, las calles de la capital, y que el precio ha sido meter debajo de la alfombra el Cristo tan bellamente defendido por Tierno (“símbolo de paz y amor”, lo llamó) en su toma de posesión de abril del 79.

    Gallardón escondió los maceros por franquistas y Almeida esconde el Cristo… ¿por facha?
    
Mas a ese Cristo debe la lengua castellana su mejor soneto (“No me mueve, mi Dios, para quererte…”), y nuestro primer filósofo, Santayana, que, como Tierno, no era muy de misa, nos mostró cómo Cristo amó el mundo en un sentido erótico en el que Buda no lo amó: “Y el mundo ha amado la cruz como nunca puede amar la higuera de la iluminación”. En los dolores más grandes, dice, hay una calma trágica; se agota la furia de la voluntad y nuestros pensamientos se elevan a otro nivel; como los placeres chillones y las negras penas de la infancia, que son imposibles en la vejez.
    
A mí me gusta ver el crucifijo esmaltado rodeado ricamente de volutas e incrustado con joyas; sin ese elemento de instinto pagano, la religión de la cruz no sería ni saludable ni justa. El pie de la cruz es un buen lugar desde el que mirar la vida.
    
Pero al pie de la cruz Almeida no ve nada. Se pasó el confinamiento al pie de La Sexta, en la peluquería de Ferreras, enseñando como azafata de vuelo a ponernos la mascarilla, un número como el de Tip enseñando a llenar un vaso de agua. “¡Otra vez, alcalde!”, decía Ferreras, aguantando sus tres capas de risas.

    –¿No será masoncete? –pregunta la tía Eustaquia.
    
Quiá. Ni masón (¡pobre masonería!) ni lerrouxista (del Lerroux rebelde: “Rebelaos contra todo: no hay nada o casi nada bueno. Rebelaos contra todos: no hay nadie o casi nadie justo… El respeto crea en el alma gérmenes de servidumbre… ¡Alzad el velo de las novicias!…”)
    
Un opositor al que en La Sexta llaman Churchill y él se lo ha creído.