sábado, 20 de abril de 2019

El lenguaje de Telecinco



Hughes
Abc
 
Ha acabado «GH Dúo» con el triunfo de María Jesús -lo que dice del 28-A más que cualquier encuesta- y Telecinco anuncia que la Pantoja irá a «Supervivientes». En este momento crucial no viene mal un glosario para entender una cadena con lenguaje propio.

-Ser desleal: ser infiel.

-Lo que yo más quiero: mi hija.

-El padre de lo que yo más quiero: mi ex.

-Lo que a mí me pasó: cuando me drogaba.

-Cuando mi madre se fue donde se fue: cuando mi madre (la de Kiko Rivera) estuvo en la cárcel.

-Bailar: tener o haber tenido más vicio que una garrota. La expresión la usó Marta, la mujer de Chelo: «Yo he bailado mucho». «Pues yo he bailado más que tú», respondió Mila Ximénez.

-Tiqui-tiqui: hacer el «acto», aunque ha acabado significando cualquier cosa.

-Miau-miau: Actualización del tiqui-tiqui por Ylenia, su creadora.

-Mortero: hacer el tiqui-tiqui por la puerta de atrás.

-Monedero: hacerlo por delante.

-Tener un hábito: consumir.

-Agua con misterio: alcohol, presumiblemente ginebra. No hay que olvidar que en el apogeo de su desencuentro, Carlos Lozano llamó Mila «Ginébrez» a Mila Ximénez.

-Tener unos problemas: deberle un dineral a Hacienda.

-Soy intensa: estar como una cabra y orgullosa de ello.

-Ser persona: ser un poco h... de p. El ser persona no es algo bueno, sino la disculpa.

-Populista: dar pena. Apelar a la audiencia como otros al pueblo.

-La audiencia es soberana: no me hablo con nadie de la casa.

-Hacerse un confe: ir al confesionario a poner verde a los otros, abusando psicológicamente del Súper.

-Sentarse: ir al Deluxe a contarlo previo pago. Cobrar, facturar. «Tú te has sentado» es un feo reproche.

-Ser personaje: dedicarse profesionalmente a lo anterior. Hay castas como en la India: presentador, colaborador periodista, colaborador no periodista y personaje y, dentro del personaje, el que cuenta su vida y el que cuenta la de los demás. Esta última es la categoría más baja.

-Maravilloso: adjetivo favorito de los Pantoja adoptado unánimemente. Las cosas ya no son buenas, excelentes, fabulosas o magníficas. Las cosas son ma-ra-vi-llo-sas.