sábado, 15 de marzo de 2014

Rouco


Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Fue recibido con mofas gamberras de Paquito Clavel, el ministro de Cultura de Zapatero le daba en las cartas tratamiento de “estimado señor” (caramba, a un príncipe de la Iglesia), y ha sido despedido a tetazos por las viragos del abortismo y con chocarrerías gálicas (de Gala) por las milicias del columnismo “engagé”.

    Todos esos artículos contra Rouco son el callejón del sol de la plaza de toros de Pamplona en San Fermín, muy lejos de la excelencia intelectual que venimos de ver en la controversia de Benedicto XVI con el matemático Odifreddi.
    
Peter Seewald, el periodista que regresó del Partido Comunista a la Iglesia Católica tras su entrevista con Ratzinger, dice que en su Redacción (¡alemana!) era suficiente conocer tres de los Diez Mandamientos para estar considerado como un experto en Teología y que estaba prohibido, so pena de extremo desprecio, ver algo bueno en la Iglesia Católica.

    –Y lo interesante es que, en un sistema democrático, unos críticos ruidosos y algunos claqueros en los medios sean suficientes para ejercer el dominio de la opinión sobre los millones de una comunidad de fe.
    
¡Es la guerra (santa)!

    Dogmas progres (¡Zapatero, García Montero!) contra dogmas católicos (¡San Buenaventura, Tomás de Aquino!).
    
Clerecía ágrafa contra clerecía religiosa.

    De Rouco (como de Ratzinger) lo que molesta a los modistas del postureo es su rectitud de hombre modesto, pero inconmovible.

    Alguno de esos modistas, buscando la lanzada de Longinos, fingen confundir a Rouco, que es de Villalba, con Segura, que era de Burgos, sin caer en la cuenta de la trampa saducea que para el progre español representa Segura: primero porque dijo que el liberalismo es pecado, cosa que piensan todos los progres, y luego porque puso firmes a Franco, y en persona (nada del “capitán, mande firmes” de la Chacón), cosa que no hizo (ni haría) ninguno de ellos.

    Lo de Rouco, en fin, no es lo de Mindszenty, pero los tiros vienen del mismo pensamiento.