Maradona & Gentile
Pepe Campos*
Taiwán
En diciembre de 2011 se encontraba Claudio Gentile en Madrid, no sé a cuento de qué. Aparecieron en la prensa entrevistas con él. Verdaderamente jugosas. En ellas, de manera sencilla y clara, analizó el por qué del éxito de Leo Messi: nadie le marcaba. Así lo explicaba en ABC (8/12/11):
-Parece que cuando te enfrentas a Messi, has perdido el partido, que no hay manera de contrarrestarle. Nadie quiere marcarle. Es mucha responsabilidad marcar en individual. Porque si tu hombre mete gol es culpa tuya. Ahora se marca en zona, y así la culpa no es de nadie.
Algo totalmente cierto, el uno por el otro la casa sin barrer. En eso se ha convertido el fútbol de hoy. Mucho correr en grupo de arriba a abajo, pero ningún criterio a la hora de marcar a los grandes jugadores contrarios. En realidad se practica un dejarles jugar para que marquen goles a placer. Hoy ningún equipo del mundo, de segunda ni de primera fila, se avergüenza por perder por goleada. Parece incluso que es todo un honor, porque luego aparece en la prensa aquello de que han intentado jugar al fútbol dando un trato exquisito al balón, en concreto, para entregárselo al contrario, y, que éste no pierda la oportunidad de responder con goles. La belleza de lo políticamente correcto. En este sentido, respecto a los equipos de ahora, muy atléticos y fornidos, habría que recordar a aquellos equipos de los años sesenta, temibles, por ejemplo, el Inter de Milán, de Luis Suárez, de Burgnich y de Facchetti, que ponía los pelos de punta del miedo que causaba verles salir al césped.
Volviendo a Messi, si pensamos en el comentario de Gentile, se puede comprobar que estaba en lo cierto, que definió al mundo futbolístico de hoy. Así, se puede observar que cuando Messi recibe el balón está más solo que la una, y eso ocurre en cualquier lugar del campo, donde de forma pausada sus compañeros le entregan el balón. A continuación, con espacios, con máxima holgura, ya puede encarar la defensa contraria, o dirigirse al área rival con ese eslalon en diagonal que tanto le gusta. Al tiempo, la defensa del equipo contrario, situada en zona, le cierra con elegancia, haciéndole la ola. Mientras un defensa tras otro le sirven de banderín para que se recree en un zigzag de entrenamiento, a modo de bandoneón musical, hasta que por inercia choca con algún poste, que no es otro que el defensor mal colocado, el que estorba. Con estas premisas Messi -aunque no sólo él- se está aprovechando del extendido uso de la defensa en zona, con el consentimiento de jugadores, entrenadores, prensa y aficionados.
Hasta ahora que recuerde -me gustaría tener noticia de más casos-, en casi toda su carrera, sólo en dos ocasiones se le han colocado marcadores al lado -en ciertas zonas- para frenarle, Arbeloa (1) y Pepe. El primero cuando jugaba en el Liverpool, y no le salió mal; el segundo, Pepe, el bravo defensa del R. Madrid, pero sin mostrar esa mentalidad que tenía Gentile, ese convencimiento de llevar a cabo una misión natural para la que se ha nacido. La de sentirse y ser superior al delantero, como lo era Gentile -El País, 12-12-11-:
-Sinceramente, nadie me ha creado dificultades. He jugado Mundiales, Eurocopas…y ninguno de los rivales que yo marcaba consiguió meter goles. Recuerdo el Italia-Argentina de 1978. Kempes marcó a todas las selecciones menos a Italia. Le marcaba yo.
De hecho, de vuelta a Pepe, éste, cuando marcó a Messi en Champions, se despistó, no estaba en lo suyo, y al querer poner una pica en Flandes se encontró con el pase teatral de Desdémona Alves, y todo aquello acabó con el baile de San Vito, mal interpretado por un árbitro guiri que no entendía de picarescas ibéricas. En las mencionadas ocasiones en las que a Messi se le aplicó cierto marcaje individual -marcaje que siempre ha existido en el fútbol-, en la primera de ellas, el entrenador del equipo contrario era Rafael Benítez, que dirigió un Valencia y un Liverpool recios, y que andando el tiempo ha terminado en el ostracismo; en la segunda, José Mourinho, ya en el Real Madrid, para agrandar su leyenda de enemigo público número uno de la Uefa, de la Fifa, y de la prensa.
La defensa en zona se ha extendido en las tácticas de los equipos de fútbol de hoy y se ha convertido en punto esencial del manual de los entrenadores. Un error, si los equipos menores quieren de verdad conseguir algo. El dominio de los grandes en la Liga española lo evidencia. Lo decía Gentile (El País):
-Los técnicos prefieren marcar por zonas. El defensa ya no se encarga de un rival, sino de una zona. Es un fallo. Por eso vemos muchos goles de delanteros que marcan solos desde dentro del área. Riva, Rossi, Bettega o Boninsegna, marcarían ahora 50 goles por temporada.
Efectivamente, ¿qué habría sucedido, en otros tiempos, si Di Stefano (sin Pepe Mangriñán), Pelé (sin muchos Mario Coluna), Cruyff (sin Berti Vogts ni Camacho) o Maradona (sin Gentile), no hubieran padecido aquellos marcajes implacables de antaño? No puede haber comparación de ningún tipo con la actualidad.
A lo que íbamos, ¿cómo es posible que nadie marque nunca a Messi? En ningún partido. A lo largo de toda la temporada. El resultado es el que vemos. Con el que Gentile no está de acuerdo. Aspecto por el que Claudio Gentile quisiera marcar a Leo Messi:
-Sí -en ABC-. Para demostrar que sí puedes contrarrestarle. No me daría miedo. Me gustan los desafíos”. Y ¿cómo lo haría? Muy fácil, como en su día a Maradona: “Antes de marcar a Maradona (Mundial 1982) estuve viendo videos suyos dos días, le estudié y pensé: lo único que tengo que conseguir es que no se gire. Si se da la vuelta, no le alcanzas. Pero si estás pegado a él, sus compañeros no le pueden dar la pelota. De esta forma, aíslas una parte importante del potencial del contrario. Tienes que extraerle, sacarle del juego del equipo. Ahora nadie hace eso.
Tan seguro se muestra Gentile ante estas afirmaciones, que sentencia sobre por qué Argentina no ganó el Mundial de España:
-En el 86, Maradona ganó el Mundial él solo. Contra Inglaterra se fue de cuatro y el portero. ¿Por qué no ganó el Mundial él solo antes? Porque había uno que lo contrarrestó.
Incontestable.
Nos lleva a pensar que ya no hay defensas. Ni orgullo.
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*Pepe Campos es profesor de Cultura Española
en la Universidad de Wenzao, Kaohsiung, Taiwán
(1) Fe de errores. En el primer texto coloqué a Arbeloa en el Chelsea.
Esto de Taiwán hace confundir las cosas. Tenía en mente a Del Horno,
pero aquel marcaje a Messi no fue bueno... Y me vino lo de Arbeloa,
que sí le marcó bien. Hago una rectificación en el texto.
Leo Messi