Rastrillo de Beneficencia
(Sarculum Caritas)
Telemadrid
Al entrar y mirar la papela de Abella, a quien todos sus conocidos llaman Abeya,
tuvimos una grata sorpresa al ver que los toros reseñados eran cuatro
terribles alimañas de Cuvillo y dos encastados galafates de la fiera
estirpe de Victoriano del Río, o sea dos yuntas del Cuvillo y una
de Victoriano como para ararse la provincia de Palencia, que eso es ya
en sí mismo un festín cultural, como si se pudiese tener el honor de
echar la tarde con Jorge Luis Borges y María Kodama jugando al parchís
José Ramón Márquez
Susanita tiene un ratón,
un ratón chiquitín,
que come chocolate y turrón,
y bolitas de anís.
Miliki
He de confesar que había dicho a los amigos que no iría a la corrida de Beneficencia, siguiendo el ejemplo de don Javier, un gran aficionado nonagenario de la delantera de la Andanada, que ya hace un par de lustros que no viene por su localidad, y que siempre se perdía voluntariamente las de Beneficencia:
-En esa corrida la Plaza está llena de las entradas que regala la Diputación. Yo no voy.
un ratón chiquitín,
que come chocolate y turrón,
y bolitas de anís.
Miliki
He de confesar que había dicho a los amigos que no iría a la corrida de Beneficencia, siguiendo el ejemplo de don Javier, un gran aficionado nonagenario de la delantera de la Andanada, que ya hace un par de lustros que no viene por su localidad, y que siempre se perdía voluntariamente las de Beneficencia:
-En esa corrida la Plaza está llena de las entradas que regala la Diputación. Yo no voy.
-Pero don Javier, que viene César Rincón mano a mano con Ortega Cano y con los samueles...
-Como si vienen Manolete y Arruza. Yo a esa corrida no voy, que no me gusta el público.
Así, año tras año. Y a mí me dio por ponerme como aquel querido y anónimo maestro de aficionados, pero me vencieron dos cosas: tener la entrada en el bolsillo y no tener cosa mejor que hacer, así que en la compañía gratísima de Juan Palette me fui a la Plaza. Iba a haber puesto ‘a los toros’, incluso ‘los Toros’ como aquél, pero ya antes de entrar tenía la certeza de que ni con mayúscula la cosa sería como para sacar a saludar al mayoral, y no por nada, sino por el berrinche que se pillan los plumillas independientes a causa de los mayorales que saludan.
Así, año tras año. Y a mí me dio por ponerme como aquel querido y anónimo maestro de aficionados, pero me vencieron dos cosas: tener la entrada en el bolsillo y no tener cosa mejor que hacer, así que en la compañía gratísima de Juan Palette me fui a la Plaza. Iba a haber puesto ‘a los toros’, incluso ‘los Toros’ como aquél, pero ya antes de entrar tenía la certeza de que ni con mayúscula la cosa sería como para sacar a saludar al mayoral, y no por nada, sino por el berrinche que se pillan los plumillas independientes a causa de los mayorales que saludan.
En realidad había una tercera razón para ir y es que estaba ansioso por compartir otro día de toros con don Fernando Bergamín y su Samsagaz, que hoy era ganadora la apuesta a que esos dos no se perdían una tarde tan eminentemente cultural, porque hoy estaban en los carteles Morante, Manzanares y Talavante, anunciados con los terroríficos toros de la esmerada vacada de Núñez del Cuvillo. Luego, al entrar y mirar la papela de Abella, a quien todos sus conocidos llaman Abeya, tuvimos una grata sorpresa al ver que los toros reseñados eran cuatro terribles alimañas de Cuvillo y dos encastados galafates de la fiera estirpe de Victoriano del Río, o sea dos yuntas del Cuvillo y una de Victoriano como para ararse la provincia de Palencia, que eso es ya en sí mismo un festín cultural, como si se pudiese tener el honor de echar la tarde con Jorge Luis Borges y María Kodama jugando al parchís. El acabóse.
Manzanares, como hombre de moda que es, venía vestido de azul con espumillón blanco y unos bordados como florones y traía un poco de aire levantino a ninot indultat. No es que el vestido llevase cabos blancos, sino un espumillón bien gordo de esos que se ponen en el arbolito de Navidad. El vestido era ideal para ir a la discoteca, para que con la luz azul que ponen, se viesen brillar en la oscuridad el espumillón y los dientes del torero. En eso es donde se ve a la legua que anda con gentes expertas en diseño que le aconsejan muy bien.
Morante venía de verde y oro, pero como el hombre está ya un poco fondón parecía un gusiluz gigante. Así, a primera vista, el de La Puebla se ha puesto muy muslero, vamos, que tiene los muslos muy fornidos, como los de El Espartero en una vieja estampa de Perea, y le vendría de perlas apuntarse a practicar el método Pilates, que moldea el cuerpo desarrollando los músculos internos para mantener el equilibrio corporal.
Talavante, de grana y oro, venía muy bien vestido, que siempre va muy bien vestido ese torero.
Horror, Terror y Pavor decían los antiguos de los Palha. Pues hoy, Mofa, Befa y Cachondeo, decimos los contemporáneos de la corridita que las eminencias veterinarias aprobaron para Madrid, que había un gigantón de Victoriano del Río, el cuarto, cuyo nombre no pondré aquí, que era como esos grandullones que no tienen una buena coordinación psicomotriz y cuando van en bicicleta no pueden tocar el timbre porque se aturullan. Tenían la corrida elegida desde febrero y ni habían elegido los toros para que pasase entera, ni mucho menos para traer seis toros que infundiesen un poco de respeto.
Y luego la cosa de los toreros, pues que cada cual la vea como le parezca. Yo, mirando al pobre Morante sólo veía el gusiluz con el pelo embadurnado de algo grasiento, pero había quienes entre medias de las dudas y de los telonazos del torero veían algo que les hacía exclamar ora ¡Bieeeennnn!, ora ¡Ole! Y así, entre oles y bienes, se fue pasando el tiempo, y cuando nos quisimos dar cuenta ya había matado el hombre sus dos toros y, en verdad, ni bien ni ole.
A continuación vino Manzanares, que se puso a lo suyo, y cualquiera que le haya visto torear después de la cogida de Alicante, que me parece que fue en 2007, ya sabe a lo que nos referimos, por más orejas de ésas que le vayan echando por esas plazas de Dios. Manzanares hace toreo light y se hincha a pegar pases a los becerros y eso hay gente a la que le gusta. Como hemos tenido la fortuna de haberle visto torear alguna vez muy bien, y hasta llegamos a pensar en un tiempo que él podría ser el Ungido, pues no nos parecen bien estas pantomimas que va montándose por esas Plazas, y a quien le gusten, que las aplauda si le da la gana.
Y para finalizar vino Talavante, que venía muy bien vestido, con vestido grana y oro, que dicen que es de mal fario, porque lo llevaba Manolo Granero, pero hay que decir que el hombre venía muy bien vestido, y que siempre suele ir muy bien vestido. Sin ir más lejos el otro día sacó un vestido de luto que era una preciosidad, catafalco y plata, y hoy con el de grana y oro, pues también muy bien vestido, que no le faltaba nada, con su taleguilla, su chaleco, su chaqueta y su camisa blanca, y con el corbatín verde, los tirantes, la faja a juego con el vestido y sus medias. Lo que se dice un tío bien vestido.
Y en el palco real había una Infanta de España.
Nieves Álvarez, lectora de Gala seducida por el capote de Morante
(Nieves Álvarez, Galam lector seducti in cape Morantum)
Telemadrid
El doctor Moncholi auscultando a Manzanares
(Dr Moncholi audiendo ad Manzanares)
Telemadrid
El doctor Moncholi auscultando a Talavante
(Dr Moncholi audiendo ad Talavante)
Telemadrid
El doctor Moncholi exigiendo que las protestas en los toros sean al final,
aunque él se come el hornazo en el cuarto toro
(Dr Moncholi protestatur postulantes tauri sunt in finem, licet manducat in quarta taurus hornazo)
Telemadrid
El Gran Tribunal de la Primera Plaza del Mundo, con Trinidad y sus cigarritos al frente
(Maximo Curia Primo Mundus Plaza, cum Trinidad et cigarillos in fronte)
Don Fernando y su cortejo
(Don Fernando et eius comitatu)
El Primer Silbo de la Primera Plaza del Mundo
(Primum Sibilus de primo Mundus Plaza)
Abanico de la calle Rafael Bergamín
Abanico de la calle Rafael Bergamín
El caballo del Plumero bordeando las rayas rojas que exigió Morante:
"Como la tronera de Gala"
(Peniculus equitum per rubrum plagis postulavit Morante: "Sicut Sinu Galam")
Morante, o Rafael el Gallo
Telemadrid
José Mari, o Juan Belmonte
Telemadrid
Alejandro, o Joselito Gallo
Telemadrid
El capote de Morante que enloquece a Gala y sus lectoras
(Pallium quod furit Galam Morante et lectores)
Telemadrid
En la fiesta de Telemadrid se coló el marqués de Del Bosque
para vender lacticinios
(In festum Telemadrid sneaks Marchio Del Bosque vendere lacticiniis)
"¡La lengua, imbéciles!" (B. Clinton)
( "Lingua, stultus!")
Al buey por la lengua y al hombre por el cuerno
(Al bovem lingua et homo per cornu)
Telemadrid
Aquilar captat muscas
Lector de Gala en éxtasis capoteril
(Ludio ludius Galam in excessu capoteril)
Telemadrid
LOS TAURINOS DEL PROGRESO
Con la capa, la "verónica" / es una suerte en tres tiempos, /
que "se carga", que "se tiende" / y que se "arremata" luego. (José Bergamín)
(Cum algarum, in "Veronica" / est genus tribus temporibus, /
quod "onere", quod "tendit" / et quod "arremata" ergo)
Por soledades
Solitudinem
La Raya Ciencia
(In Raya Scientia)
La manzana de la señora Williams
(Pupillam per Mrs Williams)
El rímel de la morantada
(Convallis de morantada)
Mi voz se pierde sin eco / en la íntima lejanía / luminosa del recuerdo.
(José Bergamín)
(Vocem meam periit sine echo / in proxima procul / lumen memoria)
Los Gracos (tribunos de la plebe) de Las Ventas
(Gracchorum -tribuni populus- de Las Ventas)
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*Fiesta de los pobres. Chocolate y turrón y bolitas de anís