Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La Academia de Cine entrega esta tarde el premio Alfonso Sánchez 2012 al crítico de cine de ABC, Oti Rodríguez Marchante.
Yo llegué a ver a Alfonso Sánchez en la vieja Redacción de ABC: tosía como un mistolobo, pero justificaba el tabaco con un “si no fumo no escribo y si no escribo no como”.
Oti llegó luego, en plan Griffin Dunne en “Jo, qué noche”: no le alcanzaba aquel día para el Metro y el sitio más a mano para pasar la noche fue la Redacción de ABC, donde, en efecto, trasnochamos mucho, a la vez que él hacía la mejor sección de Espectáculos.
Para explicar el humor gallego, Azorín recurre a Camilo Bargiela, personaje desconocido del 98. Paseando ellos, los artistas del futuro, una tarde por la Castellana, al contemplar el ir y venir de los coches, sin que de los coches recibieran de nadie un saludo, Bargiela exclamó:
–¡Nos miran con un desvío inexplicable!
En ese estupendo “inexplicable” veía Azorín a Bargiela, pero yo veo a Oti, que lleva toda la vida alegrándonos la existencia a los amigos con estupendos “inexplicables”, y eso que él no es gallego, sino manchego, circunstancia por la cual hay que empezar a ver en La Mancha a una Inglaterra (el humor es de Inglaterra) sin césped.
Los únicos críticos de cine que he leído son Alfonso Sánchez y Oti Rodríguez Marchante, que era de Ana Belén en “La petición”, mientras que yo torcía por Kathleen Turner en “Fuego en el cuerpo”. De la Turner conseguí una entrevista en la Castellana y me quedé en blanco, pero Oti alcanzó a ser biógrafo autorizado de la Belén.
Ahora que Hollywood languidece como un restaurante madrileño, yo nombraría a Oti corresponsal en Bollywood, Bombay, y que tuviera un “The Party” que contarnos cada día.
Desde Bollywood…