Uno madrugó ayer para oír a Punset en el Palacio de los Deportes, y preguntarán ustedes que cómo se puede llegar a tal extremo. Pues degenerando, como dijo Belmonte al ocupar un palco. O bien por ver de desayunarse gratis un par de tostadas ahora que nuestro entrañable Krusty barcelonés pasado por Darwin anuncia pan Bimbo. Siempre que uno ha acudido al pabellón de la plaza de Felipe II ha sido para calzarse una serie de minis y encornar la mano en un concierto de rock y ahora, tras oír a Punset y a Pérez Mercader, se nos van a entreverar las canciones de Marea con la célula eucariota y el prototipo marciano, respectivamente.
La performance –titulada sin rebozo “El ser creativo. II Congreso de Mentes Brillantes”– viene moderada por Manuel Campo Vidal, el mismo que conducirá el debate entre Rajoy y Rubalcaba, que vaya usted a saber si no son también mentes brillantes en el fondo, tan al fondo como luce la lámpara orgánica del rape. “Estamos amasados de tiempo –asegura Arsuaga, el homo successor de Atapuerca–. No es que vengamos del mono: es que somos monos”, repite entusiasmado, induciendo en uno muchas ganas de subirse a la tarima, agarrarle de las solapas y gritarle: “¡Del mono vendrá usted, oiga!”.
