viernes, 28 de febrero de 2025

Rataplán, rataplán


Azaña al aparato


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Rataplán, rataplán, / los soldados vienen ya. Los que nos trajeron la pandemia (dinero) nos llevan a la guerra (más dinero), para lo cual todo lo que hace falta es eso, dinero, dinero y dinero, cosa, por cierto, que ya la dijo Napoleón, otro que, como Franco, no tenía ni idea de lo militar, al decir del revisionismo liberalio, que abreva en Ortega, el que achacaba el apagón de nuestro ardor guerrero al “cansancio de mandar en el mundo (?), a las geniales comediantas, a las tapadas traviesas”… ¡Vuelta al imperio!


Azotaron aquí en Madrid –leemos en Deleito y Piñuelaa una mujer de buena casa, que ayudaba a cierto capitán, su galán, a buscar soldados. Conducía esportilleros con cosas de comer, cerrábalos con arte en una cueva, dejábalos sin comer hasta que sentaban plaza y tomaban paga...


En una palabra, la USAID de nuestros belicistas bajitos (todos escaqueados de la mili), los más gritones, rama liberalia del Régimen encargada de engrasar la máquina de extracción de rentas, porque lo primero que se necesita para la guerra, aparte el trisagio Chamberlain-Hitler-Churchill, es dinero, mucho dinero, que los soldados se nos darán por añadidura, pues para eso se inventó el desdoblamiento. Nuestro modelo es Azaña, que inspiró a Aznar la abolición de una conquista democrática: el servicio militar obligatorio. Alguien reparó en que la República contaba sólo con ocho divisiones, y Azaña tranquilizó al Parlamento diciendo: “Ése es el ejército de ahora, pero el de la guerra consistiría en el desdoblamiento de tales divisiones”. ¿Cómo? “Guardamos en unos ficheros el plan de desdoblamiento”. ¿Con qué jefes? “Se desdoblará todo. Ahí están los ficheros”. ¡El desdoblamiento!


Dinero… y un poquito de odio, claro, para disparar sin mayor cargo de conciencia. Los ingleses, los más bragados, no tienen dinero, pero bordan el odio: no a Putin, que sería un odio estratégico, sino a Trump (ahí está la burda “Civil War” de Alex Garland), es decir, a América, su odio ontológico (el del monarquismo al republicanismo). El inglés odia a Putin como odiaba a Franco: por postureo. Putin es el Franco ruso: cogió una nación devastada por el comunismo y las pítimas de Yeltsin, con quien tanto reía Clinton, y anda poniéndola otra vez en pie con la ayuda del clero y los oligarcas, tan bien comidos como los nuestros. Inglaterra torpedearía contra América cualquier acuerdo en Ucrania. Luego está la Unión Europea, a cuyo amparo (“Estado de Derecho” es el oxímoron que lo designa en la jerga oficial) te pueden enviar a los maderos a echarte la puerta abajo por un tuit, y cuya vicepresidenta, Kaja, proveniente de la educación soviética más pija, aspira públicamente al troceo de Rusia al estilo de Yugoslavia o de España, y por la tremenda, si hiciera falta. Desdoblando divisiones, como Azaña, el ídolo de Aznar (el otro es Cheney), el libertador de Iraq.


Vienen dos años de montaña rusa. Rataplán, rataplán, / la ra rá, la ra rá.


[Viernes, 21 de Febrero] 

Viernes, 28 de Febrero

 


Garita con gato

jueves, 27 de febrero de 2025

En la muerte de Gene Hackman

 


Sin perdón

Hughes. Real Sociedad, 0; Real Madrid, 1. Yes, but...


@realmadrid


Hughes

Pura Golosina Deportiva

 

Al digitar estas líneas desconozco el pronóstico de la lesión de Ceballos, retirado cojo y entre lágrimas tras colisión rotular con Takefusa Kubo, al que no vamos a culpar de la lesión, pobre, aunque su ardor, primero fantasiosamente japonés, haya ido adquiriendo luego un pundonor oscuro.


¡También de eso desconfiamos! ¡Todo nos parece mal!


El Madrid jugaba en el Reale Arena, estadio cómodo. Es un partido norteño que, por lo que sea, ha ido perdiendo el aire de encerrona.


Fuerte presión inicial de los locales a la que el Madrid, tras varios titubeos de Camavinga, se fue sobreponiendo con soltura.


Asencio estaba de lateral y lo mejor que hizo fue un pase largo (su pase largo) a Vinicius, que era capitán. Quizás fuera un efecto psicológico, pero el brazalete pareció darle un poso de seriedad mayor a su juego. Defendiendo como un Tchouamení originó el gol. Se apoyó en Endrick, que al pasarla a Bellingham le marcó la jugada primero con su esprín y luego con un gesto inequívoco de "aquí" que más que aquí era "allí", el espacio, el famoso espacio, donde Bellingham posó una pelota listada que Endrick controló con el costado. No era el gesto de sublime finura del chef que coloca la gota esferificada en lo alto de la creación. Su control fue mandón, tosco, un caderazo sexual. La pelota no fue paulatina, la pelota fue suya, toda suya, desde tocar su cuerpo. No dio los botecitos, ni la cadencia habitual... La pelota hizo: pof y quedó rendida, de velcro, como si la hubieran pinchado y desinflado un poco. Se hizo un poco pelota de playa.


Luego Endrick remató con el exterior de la zurda, pero casi con la espinilla. Controló con un costado y remató con hueso exterior. Es a la vez poco ortodoxo y sumamente técnico, capaz de usar cualquier parte del cuerpo para sus propósitos.


Imanol, un míster que parece plancharse sus propias camisas, veía su plan desmoronarse. El partido acababa antes del minuto 20.


Todos jugaban en el Madrid. A Güler le faltaba brillo, pero el hombre se aplicaba. Fran García acompañaba con más sentido por la banda, como si estuviera superando el síndrome de impostor.


La Real tuvo alguna ocasión que detuvo Lunin. El más revoltoso en ese rato era Kubo. Su duelo con Fran García era el de dos que por fin encuentran a alguien de su tamaño. Perfilados los dos hemipléjicamente parecían luchadores del Street Fighter.


Detrás de la presión de la Real, como en un agujero en la alambrada se abría un mundo mágico de posibilidades. El Madrid azotaba en contragolpes. Remiro le paró un gol a Vini y luego le rozaron el penalti.


Vini, capitán y por tanto portavoz de todos en el campo, habló no se sabe si menos pero quizás de otra forma. Menos gesticulante, menos desesperado. Como si hablara por todos los demás, como un orador distinto.


Pero ese sentido de grupo y representación que le daba el brazalete le afectó también al juego. Un poco más constructivo, más central, más defensivo incluso.



@realmadrid

La relación de Vinicius entre su boca y sus pies es total. Vinicius necesita ser ese jugador que todo lo casca, que todo lo ríe, que todo lo protesta... Si Vini se hace capitán y abandona su soliloquio, el jugador cambiará. Quizás a mejor, pero cambiará. Y no queremos que Vinicius cambie porque ha sido, tras Cristiano, el mejor jugador madridista de lo que llevamos de siglo.


(Con los números Cristiano se ha sacado de la discusión futbolera. Por eso quiere llegar a los mil goles. Para sacarse de los debates y de las tertulias, de los gustos y los pareceres. Estar por encima del fútbol, que el fútbol no pueda juzgarle).


El escaso peligro de la Real fue pasando de una banda a otra y acabó llegando por Barrene, que se aprovechaba de Asencio en el lateral. Esa posición le puede enseñar mucho como central. Ha de esperar al jugador de otra forma. No tiene sentido su tackling, no puede responder así a una arrancada del extremo... ¿No es el tackling como comer siempre con palillos?


En el descuento, Vinicius habló con el árbitro. Todos pensamos que era sobre él, pero era por Asencio (creo). En el estadio le silbaban y le deseaban muchos males. El fondo radical ahora se ha convertido en feminista. El árbitro llamó a consultas a los 'místeres' y activó el protocolo del racismo o del 'odio'.


Fuera por eso o por descansar, tras el descanso salió Lucas en su lugar.


Ancelotti estaba muy dentro del abrigo, y su ceja mostraba una distancia creciente. Ancelotti estaba allí y a la vez no estaba.


El Madrid no pasó grandes problemas y Ceballos no parecía peor que Zubimendi, ni mucho menos.


Queríamos ver a Endrick, a Endriqui y apareció en un pase zurdo de Vinicius, dominador de todo ya. Endrick controló con un toque aquí sutil con el pie, volvió a quedar la pelota en su punto y pegó un zurriagazo (palabra seguro vasca) con la izquierda que dejó temblando el larguero.


Endrick tiene el remate de Papin, la potencia de Adriano. Es un Adriano chiquitajo. El centro de gravedad de Romario con el golpeo percherón de Adriano y una musculatura de Roberto Carlos.


No sólo fue el gol y este palo. Endriqui tomó buenas decisiones, pasó bien, tocó mejor y presionó como sólo sabe presionar un delantero. Porque cuando un delantero, el ávido del gol, quiere, a presionar no le gana nadie. Necesita la pelota con una necesidad que los demás no tienen. Además, su verticalidad le ayuda también a incordiar. El que sabe dónde está el gol conoce los cables invisibles.


Vinicius se puso celosón y quiso su gol. Bajaba a la media, por el centro, como si fuera el mediapunta. Se vio que, si quisiese, podría ser Seedorf.


Empezaron los cambios y el Madrid se fue concentrando en conservar el gol. Sin Endriqui, la noche perdía el aliciente.


El gol empezó a buscarlo Bellingham, que si se vacía siempre, con más motivo antes de librar por sanción.


Hubo un par de individualismos de Lucas que no podemos aprobar. Entre los olvidos de la pelota de Fran García y las incursiones cariocas de un Lucas totalmente crecido, volvimos a pensar que el lateral es el lugar donde el fútbol pone a prueba la paciencia del aficionado.


En el banquillo vimos por fin la sonrisa feliz de Endriqui. ¿Sabrá esperar? Tener a Endrick, Vinicius y Mbappé es como si coincidieran Moisés, Jesús y Mahoma a la vez.


De la risa de Endriqui pasamos a las lágrimas de Ceballos, el gran fichaje del Madrid en invierno. Da un dinamismo incansable, como saheliano, con el toque juicioso del que ha sido escolarizado en el tiquitaca. Es el único medio con toque flemático. Además, Ceballos libera a Valverde para la banda y manda a Modric, por fin, al Benidorm de las segundas partes. Ceballos es muy importante.


La estructura tiene realidad de meme: Endrick decide partidos, sí; pero Ceballos sale cojo.



 @realmadrid

Mel Gibson



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Amar al cine es aprovechar la noche de los Goya –o de los Oscar– para ver el “Apocalypto” de Mel Gibson, un fogonazo de magnesio sobre la cultura precolombina –técnicamente, en la Edad de Piedra–, una “barbarie esplendorosa” minuciosamente descrita, y en el español más hermoso que nunca se haya imaginado, por Bernal Díaz del Castillo:


“...y tornó a sonar el atanbor muy doloroso del Vichilobos, y otros muchos caracoles y cornetas, y otras como trompas, y todo el sonido dellas espantable, y mirávamos al alto cu donde los tañían, vimos que llevaban por fuerça las gradas arriba a nuestros compañeros que avían tomado en la derrota que dieron a Cortés, que los llevaban a sacrificar; y desque ya los tuvieron arriba en una plaçeta que se hazía en el adoratorio donde estavan sus malditos ídolos, vimos que a muchos dellos les ponían plumajes en las cabeças y con unos como abentadores les hacían bailar delante del Huichilobos, y desque abían bailado, luego les ponían despaldas encima de unas piedras, algo delgadas, que tenían hechas para sacrificar, y con unos navajones de pedernal los aserravan por los pechos y les sacavan los coraçones bullendo y se los ofrescían a los ídolos que allí presentes tenían, y los cuerpos dávanles con los pies por las gradas abajo; y estavan aguardando avaxo otros indios carniceros, que les cortavan braços y pies, y las caras desollaban, y las adovaron después como cuero de guantes, y con sus barbas las guardavan para hacer fiestas con ellas quando hazían borracheras, y se comían las carnes con chilmole, y desta manera sacrificaron a todos los demás, y les comieron las piernas y braços, y los coraçones y sangre ofrescían a sus ídolos, como dicho tengo, y los cuerpos, que eran las barrigas e tripas, echavan a los tigres y leones y sierpes y culebras que tenían en la casa de las alimañas, como dicho tengo en el capítulo que atrás dello e platicado. Pues desque aquellas crueldades vimos todos los de nuestro real y Pedro de Alvarado y Gonçalo de Sandoval y todos los demás capitanes; miren los curiosos letores questo oyeren qué lástima terníamos dellos, y dezíamos entre nosotros: –¡Oh, gracias a Dios que no me llebaron a mí oy a sacrificar!–, tanbien tengan atención que no estábamos lexos dellos y no les podíamos remediar, y antes rogávamos a Dios que nos guardase de tan cruelísima muerte.”


¡De los corazones extirpados a la vigilia! –exclama Foxá, al tener que cambiar la cena, el guajolote por el guachinango, porque alguien ha advertido que “hoy es vigilia”–. Convengamos que la Iglesia ha suavizado los sacrificios.

Excusas... a los fotógrafos de la Cámara (Con motivo de la cómica deriva del periodismo parlamentario)







Wenceslao Fernández Flórez
Abc, 23 de Diciembre de 1933


Yo, señores míos, soy un hombre que sufre muchos disgustos. Permítanme que aproveche la importancia de la sesión de ayer para tratar de asuntos particulares.

Sufro muchos disgustos… Me pasa siempre algo parecido a lo de aquellos actores de las películas antiguas, que arrojaban una torta de crema contra un guardia y veían con horror que era un transeúnte pacífico, una bella joven o una persona de su propia familia la que la recibía en el rostro. Apunto a un pájaro y hiero al cazador que me acompaña.

Casi todos mis artículos provocan alguna indignación. Pero no la que yo espero, sino otra absolutamente imprevisible. Esto termina por alterar demasiado los nervios. En España existe una porción de personas a las que no conozco, en las que nunca he pensado, en cuyas vidas jamás creo poder cruzarme. Pues bien, de repente, hoy una, otra mañana, se sienten galvanizadas, impelidas por una fuerza superior que provoco, yo no sé cómo, y me escriben cartas comentando artículos que no son míos o afirmaciones que nunca formulé. Estas cartas me aburren, porque todas son iguales. Se reducen a algunos insultos de la mayor vulgaridad y a hacer conjeturas acerca de la cantidad de billetes que me pagan en ABC por cada crónica. Es extraordinaria la unanimidad con que esa diseminada muchedumbre cree que cada noche el propio Juan Ignacio Luca de Tena me llama a su despacho y, jugando al desgaire con un billete de cinco duros, me dice:

Bueno, Wenceslao, ¿quiere usted decir hoy tal o cual cosa?

¡No! –rujo, echando chispas por los ojos.

Sea usted amable –insiste el director, sustituyendo el billete de 25 por otro de 50.

Jamás –bramo.

Medítelo usted, amigo mío –aconseja, mostrando otro papelito de 20 duros.

Pero mire usted que

¿Por qué no se convence? (Dos billetes más)

Hasta que llega a un punto en que me precipito sobre los vales con alegres gritos de “¡Tiene usted más razón que un santo!”, y corro a pergeñar la crónica.

No saben ver lo que hay de tolerancia a mis opiniones; tolerancia amable, a la que aludía en un reciente artículo Federico Santander, en vez de imposición exigente.

Otra vez son periodistas los que comentan actitudes en las que no recuerdo haber incurrido. No hace un par de meses, como yo hubiese achacado a un señor la propiedad de una alpargatería, un periodiquín de Elche excitaba contra mí la cólera de todos los alpargateros, suponiendo que me parece el tal un oficio bajo o una industria ruin. No obstante, estoy seguro de no haberme ocupado jamás con desdén de los alpargateros, ni de los zapateros, ni de nadie que haga algo útil en el mundo.

Mis lectores habrán advertido que no recojo esas bagatelas que ni yo mismo termino nunca de leer. Pero ahora, en el caso en que voy a ocuparme, no puedo seguir la misma conducta. Porque se trata de unos compañeros de trabajo: de los fotógrafos de Prensa.

Hace unos días, en mis Acotaciones, recomendaba precaución para con ellos. “Hay que tener cuidado –venía a decir– con los fotógrafos de la Prensa. Entran en el hemiciclo y, aprovechando la afluencia de diputados desconocidos, ocultan su máquina bajo un escaño y se quedan allí para siempre, hasta que en una crisis apurada les hacen directores generales o ministros.”

Leído esto, los reporteros gráficos, en número de diecisiete, me han escrito una carta, “protestando enérgicamente”, en la que afirman que mi “proceder es incalificable”, que “les he puesto en ridículo” y que por culpa de esa crónica “les será negado en lo sucesivo por el presidente de la Cámara el permiso para realizar su labor informativa”. Terminan recomendándome que, para otra vez, elija “otra cabeza de turco”.

No. Ya no quiero más cabezas de turco. Cuando quiero decir algo resulta que escribo, sin saberlo, todo lo contrario y que no consigo hacerme entender. En ese artículo deseaba insinuar que algunos de los que han llegado a personajes son tan incongruentes con su destino, que parece que han venido al Congreso apelando a un ardid, a un truco de fresco de comedia. Pero ahora, ¿cómo aclaro yo esto? ¿Cómo digo que los compañeros que manejan la máquina en vez de la pluma tienen toda mi consideración? ¿Qué frases hay que emplear para que los diecisiete camaradas lo comprendan? Voy a intentarlo con las siguientes afirmaciones. Y doy mi palabra de honor de que son exactas:

Primera. Ningún fotógrafo que haya entrado en el hemiciclo en cumplimiento de deberes informativos ha ocultado su máquina bajo un escaño para sentarse en él, fingiéndose diputado.

Segunda. No es verdad que, una vez sentados, hayan pedido agua con azucarillo ni cualquier otra sustancia parlamentaria.

Tercera. Es absolutamente falso que, despistando a la Cámara con los procedimientos expresados en las aclaraciones anteriores, haya sido nombrado alguno de ellos director general.

Cuarta. Nadie puede decir tampoco que con el mismo truco recibiesen el encargo de desempeñar una cartera.

Quinta. Si el señor Alba se apoyó en mi artículo para prohibir a los fotógrafos de Prensa la entrada en el salón, el señor Alba no sería el presidente de la Cámara. Sería un gas hilarante.

Y ya está.

Por otra parte, a mí me parece muy natural que un país donde suceden tantas cosas grotescas exija como comentarista un Kempis. Sólo los pueblos graves, como Inglaterra, admiten y comprenden a un Swift.

EL PERIÓDICO DEL SIGLO, 2002 / EDICIONES LUCA DE TENA 

Jueves, 27 de Febrero

 


Aníbal González

miércoles, 26 de febrero de 2025

Noche de goles



El Ratón Ayala ante Arconada


 Eugenio Leal , "El mejor intérprete del  contrataque"


           Francisco Javier Gómez Izquierdo


               Es grato confesar que anoche, los aficionados al fútbol en general nos acostamos satisfechos tras cenarnos un gran asado de goles como no lo habíamos hecho en mucho tiempo. Esperábamos un Barça con presión asfixiante, robador y con prodigalidad de pases que arrinconaría a un Atlético sobrio en defensa, pero nos encontramos con esa venenosa araña del Atlético, que responde por Julián Álvarez y que en los seis primeros minutos soltó dos picotazos que en circunstancias normales tendrían que haber sido mortales de necesidad. Pero el Barcelona tiene mucho "juego combinativo".  Poco después llegó lo que se esperaba del Barça. Buscó a Javi Galán, nuestro Roony en el Córdoba B cuando se calzaba el 10 y regateaba hasta al árbitro, que no estuvo tan mal pero al que una personal del fútbol televisero le adjudicó injustamente una de esas tarjetas amedrentadoras. Pedri se hartó de sacar bandejas de pata negra que causaban admiración alrededor del área grande pero no llegaban a Musso, el portero atlético de la Copa. Simeone en la Copa da descanso a Oblak y a su traje de comercial de la Calabria y coloca a Musso en portería y él se viste con un chándal de colegio concertado. Tengo puesto aquí muchas veces que el sistema de Flick es vistosón pero defensa tan adelantada genera demasiados riesgos ante delanteras con sprinters, tal que la del Madrid de Vinicius y Mbbappé como más representativa, que por cierto no le ha cogido el truco al sistema. Tras el 0-2, no me pregunten por qué, me acordé del Ratón Ayala y de Eugenio Leal y pensé para mí: ".. con ésos dos a este Barça le caerían media docena seguro". Tengo una imagen de portada de AS en la que se ve a siete ú ocho jugadores del Real Murcia corriendo tras un inalcanzable Ayala, cuando el Atlético con Leal de manijero era considerado "el mejor intérprete del contrataque". Los grandes clubes deben preparar los partidos contra el Barça. Servidor entiende que lo suyo es poner a dos jugadores veloces a marcar a los laterales Koundé y Balde, buscarles la espalda y ¡¡a correr!! El Barça archiconcenctrado, no permite pensamientos en los medios rivales pero un pequeño descuido genera ocasión clamorosa si tienes un Ratón Ayala, léase hoy Vinicius-Mbbappé en Madrid, Bryan Zaragoza en Pamplona, Aktürkoglu en Lisboa...


    Sufrimientos de Javi Galán aparte -muy mal ayudado por Gallagher, todo sea dicho- al Atleti le colaron dos goles ¡¡de córner!! por flojedad evidente de Barrios y Llorente a los que el sistema simeónico no se les puede atragantar en semejante lance. El partido en la segunda parte resultó un "d'aquípallá" agradable que se rayó con el 4-2 de Lewandosky, tras un gol colchonero anulado por el recurso culé del orsay, pero que  nos decía que desde ahí, desde el balón a la espalda, podían llegar ocasiones... y llegaron. La obsesión de la defensa adelantada servidor no la acaba de entender y mucho menos a punto del final y ¡vamos hombre, con un 4-2 a favor!, pero dicen que Alemania da cabezas cuadriculadas con excelentes metodologías en las que hay que confíar. De todos modos, Flick está empezando a parecernos, a servidor al menos, al Cruyff que salía pontificando cuando le marcaban muchos goles. "No importa que me metan cuatro si nosotros marcamos cinco". El Barça está en ese plan. El Atleti no sabemos, pero se le ve capaz de todo. De lo bueno y de lo nefasto. 

Saura-Mayol

Reffell-Sheehan


Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Don Estrafalario, que habla por Valle-Inclán, dice que la crueldad y el dogmatismo del drama español solamente se encuentran en la Biblia.


Y ya lo avisó el gran Campoamor: “¡Ay del que va en el mundo a alguna parte / Y se encuentra a una rubia en el camino.”


La proverbial crueldad española quiso que el comunista Saura, ministro de los guardias en Barcelona, emparejara con la rubia Mayol, esa tenienta de alcalde de Barcelona que, para disimular el par de sueldazos públicos, defiende la “okupación” fingiendo vivir en una de aquellas edades doradas y mitológicas en que, como dijo don Quijote, se ignoraba el “tuyo” y el “mío”. Ella, naïf como un zapato impar, proclama:


Yo es que soy antisistema.


La crueldad sespiriana, prosigue don Estrafalario, es magnífica, porque es ciega, con la grandeza de las fuerzas naturales. Shakespeare es violento, pero no dogmático.


En ese extranjero del pobre que es Cataluña, la pareja Saura-Mayol encarna el progresismo sesentayochista que en ese extranjero del rico que es Estados Unidos representa la pareja Reffell-Sheehan, artífices de una iniciativa que no podía ser más verde: el Orgasmo Global por la Paz del pasado diciembre.


Para don Estrafalario, la crueldad española tiene toda la bárbara liturgia de los Autos de Fe. Es fría y antipática. Nada más lejos de la furia ciega de los elementos que Torquemada: es una furia escolástica.


Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, sería magnífico –concluye don Estrafalario–. Si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como la Ilíada. A falta de eso, tiene toda la antipatía de los códigos, desde la Constitución a la Gramática.


En el extranjero del pobre, un manual de ceremonias para los días más grandes, el manual de Surroca y Sens, propone amenizarte la boda con textos de Joan Maragall (“Jo d’aquest mort no sabría parlar-ne / sino després d’un silenci molt pur”, fue el dístico que para él improvisó Eugenio d’Ors en el día de su entierro) y de la... Constitución Española. Delante de unos novios, ¿cómo competir desde la liturgia romana con la belleza del Título Octavo de la Constitución Española?


Desgraciadamente, hace falta ser rico para poder sostener una vida pobre, retirada y casi paradisíaca como la de todos los Saura-Mayol que “okupan” el Presupuesto . Y de eso solía quejarse Ruano, que presumía de haber vivido siempre en un nivel más alto del que económicamente le correspondía.


Puede decirse que viví como sabemos hacerlo más bien los pobres, que somos los que nos gastamos el dinero, sobre todo si tenemos heredado un sentimiento de ricos al que sólo le falta la coincidencia con la realidad.

Miércoles, 26 de Febrero

 


Febrero con almendro II

martes, 25 de febrero de 2025

En la muerte de Roberta Flack

Rest in Peace Roberta Flack...

 

Clint Eastwood

@EastwoodMalpaso


Killing Me Softly With His Song

Bienvenido, Mr. Vance



Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Munich, 2025. Mr. Vance: “Europa no acepta la libertad de expresión”. Pistorius (ministro de Defensa alemán, sea eso lo que fuere): “Esto no es aceptable”.


En España, una portavoz del gobierno, Silvia Inchaurrondo, pide Censura con los argumentos de don Gabriel Arias Salgado (“una cosa es la libertad y otra cosa es el libertinaje”, etcétera), y en América, Margaret Brennan, locutora del partido Demócrata en CBS, que va de Hannah Arendt del club de la comedia, anonada a Marco Rubio, secretario de Estado, con la revelación de que el vicepresidente Vance hizo apología de la libertad de expresión… “en un país donde la libertad de expresión se utilizó como arma para cometer un genocidio”, momento en el que Marco Rubio podría haber decidido darse a la bebida, despreciando las lágrimas de un lenguado (pez planito), Heusgen, que al clausurar su conferencia de seguridad se arrancó el anzuelo y rompió en singultos por las palabras de Mr. Vance ante la patocracia europea, versión perfeccionada de la de la Urss, estudiada por el psiquiatra polaco Lobaczewski. El paralelismo Urss/Ue lo haría Vladimir Bukovski: “Yo ya viví en tu futuro: organizaciones creadas por coacción y gobernadas por una docena de personas no electas que se reúnen en secreto; un Parlamento que aprueba las decisiones del Politburó; el propósito de la Urss era liquidar las nacionalidades para crear una nueva identidad, y la corrupción creció de arriba abajo; los opositores son silenciados (gulag y ostracismo); no caben reformas. Única salida personal, la independencia: no aceptar lo que ellos planearon para ti, pues nunca te preguntaron si querías unirte”.


El único enemigo de las patocracias (esto ya lo apuntaba Panero en sus crónicas del manicomio de Mondragón) es la libertad de expresión, y contra ella se dirige la lucha de todo el periodismo europeo, que recibió (secretamente, por decisión de Ursula/Rosie) una millonada de dólares, 132, sólo para las elecciones del 24. En el discurso de Mr. Vance, un tipo capaz de enlazar subordinadas sin necesidad de leerlas en un folio, se deslizó una mentira piadosa: “Es el momento de que todos nuestros países, todos los que hemos tenido la suerte de que nuestros respectivos pueblos nos hayan otorgado poder político…”, cosa que sólo ocurre en América, donde la democracia representativa. En Europa (con la excepción más literaria que política de Francia, gracias al golpe de De Gaulle) nadie elige a sus gobernantes: somos Estados de Partidos con sistema proporcional, máquinas extractoras de impuestos que niegan, por definición, la representación (“No taxation without representation”).


 Nos pastorean capataces rapaces y vulgares (el “fascismo de la vulgaridad”, que decía Steiner) que ahora, al verse humillados por Mr. Vance, se vengarán en el lomo de los siervos, que somos nosotros. Nos espera la pobreza envuelta en propaganda, para que no huela. Y, si nos dejamos, la guerra.


[Martes, 18 de Febrero] 

Martes, 25 de Febrero

 


Febrero con almendro

lunes, 24 de febrero de 2025

Oltra, la amenaza



Francisco Javier Gómez Izquierdo


           A la Segunda División la patrocina una cosa que se llama Hypermotion , que a los catetos nos suena a emoción, salsa ésta que sorprende en los resultados de cada plato, o sea partido, y en el total de cada almuerzo, léase jornada.


El aficionado ilicitano dice hoy lunes: "ya estamos ahí"; el ovetense: "ojito con nosotros" y el levantinista: "en éste Julián Calero hay que confiar". La jornada -hay ahora locutores españoles que dicen fecha, como si fueran nacidos en la Boca bonaerense- nos ha dejado los seis primeros puestos en tres puntos. Elche y Oviedo con 50, hasta Levante sexto, con 47. El Almería es séptimo con 46, Granada, octavo con 43 y luego viene un tramo ancho de escalera hasta vaya por Dios ¡¡el Córdoba!! con 39. Es situación ésta que va aclarando lo que el cordobesista quiere de su equipo: la salvación. A servidor siguen sin gustarle los planteamientos de Iván Ania (reconozco algún rato notable) pero los resultados ahí están y las dos victorias seguidas ante los prácticamente descendidos Cartagena y Rácing de Ferrol han aupado el equipo hasta esa placidez clasificatoria que ojalá dure hasta mayo.


        El desasosiego viene de mi criatura primogénita, el Burgos, que se ha complicado el camino enredándose en curruyelas que tendría que haber arrancado con mayor determinación y haberlas guardado en un cesto en el "doblao" para echar mano de ellas en primavera como está haciendo el Córdoba. Tiene un partido menos el Burgos y es contra el Rácing de Ferrol, pero si no se gana, el desasosiego va a cundir desde Gamonal hasta el barrio de las Huelgas por culpa de un Eldense, al que servidor, irremediable agorero, ya veía descendido junto a los dos arriba señalados y el Tenerife. El caso es que el Eldense se ha plantado a dos puntos del quinto por abajo que es mi Burgos, y José Luis Oltra, un entrenador triste al que le acuden arrebatos de euforia -en Tenerife y La Coruña tuvo los picos más positivos- jugará con su dilatada experiencia para intentar salvar un equipo que parece menor incluso ganando. Oltra, entre sus muchos destinos estuvo aquí en Córdoba y es uno de los entrenadores que mayor desconcierto me ha producido. Con Oltra, en la misma temporada estuvimos en ascenso directo, en descenso luego, y al final en una remontada increíble disputamos el ascenso al Gerona, que es el que subió. En la temporada siguiente llegaría nuestra caída a los infiernos y por supuesto su despido. Me cae bien Oltra, al que respeto por ser viejo lobo de mar que lleva bandeándose durante toda su trayectoria sobre barcos casi a la deriva y al que contratan para enderezar lo que no tiene casi remedio. De últimas estuvo en Primera División, pero en la de Chipre. En fin, que le vaya bien a Oltra, pero no a costa del Burgos. Albacete, Éibar, Castellón, Deportivo, Zaragoza... están en cuatro puntos y también están sintiendo, supongo, el aliento en el cogote del "viejo lobo". 

Señales de la 16


Clément Turpin


Ignacio Ruiz Quintano

Abc


Todos los caminos llevan a Roma y todas las señales llevan a la 16, que quiere decir felicidad, porque es un número cuadrado: 16 son las cartas de Rey, Reina, Paje y Caballero en la baraja Tarot.


La penúltima de esas señales, y la más afilada, fue la ausencia por fuerza mayor de Cafucas en el Etihad, que forzó a Ancelotti a modificar su rompecabezas jerárquico tirando de Valverde para tapar el costado derecho, por donde le entran al Madrid todas las lanzadas de Longinos.


Cafucas no existe en defensa, pero acapara sospechosamente todo el fútbol de ataque por la orilla derecha, mientras en la orilla izquierda Vinicius se desespera pidiendo balones que nadie le echa. ¿Por qué, entre Cafucas y Vinicius, los pasadores eligen últimamente a Cafucas? Recordemos que Zidane coqueteó con la idea de irse del Madrid porque Figo no le pasaba el balón. Juego de egos, fue el parecer general, y la cosa se arregló mediante intervención presidencial (Flóper haciendo de Moratín) después de que el francés fuera a quejarse del portugués.


Admiróse un portugués / de ver que en su tierna infancia / todos los niños en Francia / supiesen hablar francés. / «Arte diabólica es», / dijo, torciendo el mostacho, «que para hablar en gabacho / un fidalgo en Portugal / llega a viejo, y lo habla mal; y aquí lo parla un muchacho.


Vinicius, en vez de subir al despacho del presidente a quejarse, lo que hace es abandonar su orilla izquierda e irse a pescar al barullo del centro algún centro de los que tira Cafucas al estilo del juego de la rana. En su día el mismísimo Benzemá pidió a Mendy, ¡a Mendy!, que no le pasara el balón a Vinicius, que no sabía jugar. Cartesiano Benzemá y mecanicista Mendy, incapaces ambos, por tanto, de entender el irracionalismo alegre y soberano de Vinicius, que va dejando su MVP en cada grande estadio de la Champions. En el banquillo, Zidane era igual de cuadrado que Benzemá, y no tuvo tiempo de entender a Vinicius, en cuyo lugar prefería a Hazard, que en Madrid nunca jugó bien por muchas cosas, entre ellas que Cafucas, ¡Cafucas!, no le pasaba el balón. El carácter marcó el destino de Hazard, que deprimido porque no le pasaban el balón, se hundió en la suplencia de la bollería, y de Vinicius, que rebotado porque no le pasan el balón, lo roba y se hace con él un mural de Jackson Pollock, para asombro del planeta fútbol, que es Inglaterra.


Qué descanso estético este Manchester City-Real Madrid, el auténtico derbi del fútbol mundial. Qué descanso moral ese árbitro francés, Clément Turpin, dominando el Etihad como si fuera Steve Buscemi, su doble, en “Boardwalk Empire”, sin más moscas en la sopa del espectador que la narración para ciegos (la toca con la izquierda, dispara con la derecha, se gira, etcétera) de Martínez, el fenómeno de la locución. A Turpin el fuera de juego se lo cocinó el VAR con un birlibirloque de trigonometría que debe de ser el arma secreta de Ceferino, pero su forma profesional de despachar la discusión de tráfico entre Haaland y Asencio te devolvía al gusto por el espectáculo del fútbol, teniendo en cuenta la que cualquier trencilla de los nuestros, y no nos conformamos con Soto Grado, hubiera liado en el trance de juzgar el mismo hecho, cargándose el partido.


El tinglado es un taburete de tres patas: los que planean, los que ejecutan y los que lo cuentan, que hacen de adormidera, llevándote a ver lo que no estás viendo. Hay comentaristas peores que un canuto, y cuando uno quiere darse cuenta está ante el televisor papando las moscas que se quedan pegadas al led y pidiendo que vendan a Vinicius. Céntrese, pues, el Real Madrid en la Champions y en el Mundial de Clubes, hasta que Diosito nos depare un lugar en la Premier (“Que me entierren en la sierra / con leones de mi manada”, cantan los Tigres), lejos de la ciénaga ibérica.


Lo tonto del derbi en Manchester lo puso la parte española del City: Pep, Lillo y por supuesto Rodri, con su pancarta y su canesú del “Ballon d’Or” para hacer el paleto con Vinicius. Como club universal que es, el Madrid se proyecta mejor sin españoles.


[Sábado, 15 de Febrero] 

Lunes, 24 de Febrero

 


Veleta con gato

Felicidades a Ana


 

CRIMSON LEAVES

domingo, 23 de febrero de 2025

Hughes. Real Madrid, 2-Girona, 0. El problema de física de Modric


@realmadrid


Hughes

Pura Golosina Deportiva

 

Todo lo que el miércoles era ilusión y burbujeo, se convertía en decepción el domingo. Sentía ganas infantiles de ver el partido, pero me doy cuenta de que más que por ver el partido era por no ver lo otro, porque una vez ante el evento, sentí frustración.


La Liga el Madrid la podría tener ya encarrilada y a base de garrotazos la han dejado "competida". Esto desmotiva. El cartelito de "Respetar el fútbol, respetar al árbitro" se leía más bien así: "Al fútbol se le respeta, eh, se le respeta".


No jugaba Valverde, así que no podía ser muy importante.


Salía Brahim de titular. Tiene que haber por ahí un dato que revele el porcentaje de lo que Brahim consigue como titular y como suplente. Si sale de titular parece que pierde tino.


Esto son supersticiones, tonterías, pero tampoco contribuía a La Ilusión.


Modric perdió dos balones en tres minutos, pero ya no irrita. En mí ya hay una total aceptación budista de Modric. Él decidirá su final y yo asumiré su Tiempo también sobre mí.


Había ocasiones del Madrid desde el principio. Mbappé jugaba ligerísimo de pies, con una gran precisión. Hacía de director del ataque y buscaba a Vinicius con una comprensión trabajada, sin aspavientos.


Hubo un detalle: Tchouaméni haciendo una segada presionante en la zona del extremo diestro. ¿Se levantó el Estadio soberano a aplaudir?


Se escuchó "Corrupción en la Federación" y el sonido de las voces era distinto, más irritado. Era en realidad un canto que se traían de casa. Un encabronamiento recalentado. Era la auténtica voz del Bernabéu.


Estaba Alaba, pero con poco trabajo. Sólo tenía que recibir y devolver ese balón tedioso que se trasladan los defensas, no bola sino bolo rumiado de fútbol.


Brahim intentaba sus jugadas, siempre pegado al rival, regatea abrazando como esos toreros que dan el pase agarrados del rabo del toro.


Algunas ocasiones eran muy claras. Vini falló un contragolpe de tres contra uno. ¿Es bueno tener tantas opciones? Puede que sea un mal derivado de la abundancia del ataque madridista. Si en lugar de dos opciones hay diez, ¿no hay más posibilidades de fallar?


Este lujo galáctico exige una nueva capacidad de juicio en el futbolista, más rapidez en la síntesis de la decisión. Luego hubo otra ocasión clara: un dos contra uno en el que Vinicius pasó un pelín tarde a Mbappé.


Tras varias turnos, lo intentaba Tchouameni, su zapatazo de penco. Entraba sueño, una crisis de sueño en el plumilla.


A estas horas, o el fútbol es muy bueno o pasan muchas cosas o el somnoliento cae.


No llegaba el gol pero el Madrid estaba bien y aunque empezó Rodrygo por la izquierda (más de extremo), de Bellingham acabó haciendo Mbappé. La timidez de Rodrygo es un hecho. Mbappé fue creciendo hacia abajo (putinianamente, diría un tonto…tonto con balcones a la calle o tonto con palco VIP al Bernabéu), expandiendo su fútbol desde los Urales del gol hasta Mitteleuropa.


Por fin llegó el 1-0, ya entrada la primera parte. El rechace de un córner le cayó con claridad a Modric. Controló con el pecho y la pelota cayó como por un tobogán y le quedó botando a una altura perfecta para hacer con ella muchas cosas (todas decentes, todas positivas). Modric armó el cuerpo con la plasticidad legendaria del águila balompédica y golpeó a la pelota no cuando subía sino cuando bajaba, cuando ella era toda docilidad y posibilidades; en ese golpeo se fusionó la biomecánica y la balística, una volea en la que Modric se volcaba un poco, se incluía en la volea, saltaba él también como el torero al ir a matar. La pelota hizo dos efectos a la vez: uno de dentro hacia fuera y otro de arriba hacia abajo, cayendo en el gol como en un gua. Era un problema de física.


Pese al gol, el Girona siguió cerrado. El Madrid seguía dando muchos toques, se intentaba meter con la pelota en la portería. Quizás ese barroquismo de paredes y contraparedes sea una consecuencia natural de su riqueza técnica. No pueden evitarlo.


Lo mejor era abrir las alas, cruycifficar a los extremos en la cal y que eso abriera espacios como heridas intercostales.


La segunda parte tuvo algún momento casi imperceptible en el que, con 1-0, se rozaba una caída de tensión, pero no fue a más. Apareció Vinicius, más de extremo, menos encajonado arriba.


Pegó un tiro al palo desde fuera del área e hizo muchos contragolpes de los que no hace nadie.


Era el Vinicius insistente de siempre, pero ya sin rabia. ¿Era esto? ¿Así lo querían?


El Girona pisaba campo ajeno, a su modo, pero entonces salía Vinicius corriendo, y es una pena que esa media docena de jugadas asombrosas no le salieran. Fallaba el último pase o lo daba sin encontrar rematador.


Es muy frustrante esa sensación que sólo Vinicius provoca pues sólo él crea la posibilidad.


Empezaban los cambios y se daban datos. Los datos del fútbol. ¿Cómo era cuando no los había, cuando solo estaba Juan María Alfaro? Donde ahora hay datos entonces había sensaciones, premoniciones o insistencias maniáticas en lo que sucedía. En suma: debate. El dato es categórico (y ahí entonces se llama facto o factou, lo irrebatible que exige reconocimiento).


Nuestro convencimiento futbolístico se va haciendo a base de datos, no siempre de goles.


La gran tensión era Vinicius y por fin llegó su gol en otro contragolpe con Mbappé, una larga combinación de inteligencia mutua burlando a medio Girona con tuyas y mías que Vinicius resolvió in extremis con la puntera.


Ancelotti, atacao, ya estaba por sacar a Valverde, que es como su medalla del Cristo de Medinaceli, pero lo guardó tras el gol y en los últimos minutos vimos alguna cosa.


Camavinga salió esta vez muy espabilado: robó, pasó, rompió y asistió en nada de tiempo y le dejó un gol hecho a Rodrygo, con su habitual y ya casi entrañable plof.


Ancelotti le volvió a regalar a Endrick segundillos de fútbol. Le dio un pase claro a Mbappé. ¿Cómo es posible que en una jugada entre los dos Endrick sobresaliera? ¿Que Endrick pareciera el potente, preclaro y generoso? Son destellos, lo propio de las joyas, brillos que puede ocultar un parpadeo. No digamos ya un pestañeo. 

Martín Garzo



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


A tal culto, tal cultura. Estoy mirando a toda esa intelectualidad que piensa lo mismo que el inquilino de La Moncloa, sólo que después. El penúltimo en incorporarse al nuevo Siglo de Oro es Martín Garzo, el tío de “La princesa manca”, que ha escrito: “¿Se imaginan a una multitud marchando tras los pasos de Alcaraz o de monseñor Rouco al grito de ‘Antes muertos que sencillos’? Sería un espectáculo tan irresistible que sería difícil no terminar sumándose a esa ardiente marea humana.”


¡Ah, el humor español!


Explica el clásico:


El humor español (sorna, baya, cazurrería, socarronería, disimulo, retrechería, trastienda, carientismo, tonillo, sonsonete, retintín, parodia...) es algo así como si dijéramos “medular”, por no traer el vocablo pretencioso de “trascendental”: él está más en los caracteres que en los dichos, más en las situaciones que en los caracteres y más en los choques profundos de los principios que en las mismas situaciones. En las entrañas anda más bien que en la epidermis; y gusta de tocar las cosas más importantes y explosivas; como el amor, el hambre, la horca, la prostitución, el diablo y los curas; no menos que al mismo Dios, si a mano viene.


Desde que el ingeniero Benet pidió campo de concentración para Solzhenitsin, no se había visto una humorada tan española como la del tío de “La princesa manca” con Alcaraz. Escribió Benet: “Creo firmemente que mientras existan gentes como Solzhenitsin perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados a fin de que personas como Solzhenitsin, en tanto adquieran un poco de educación, no puedan salir a la calle. Pero una vez cometido el error de dejarles salir, nada me parece más higiénico que las entidades soviéticas (cuyos gustos y criterios respecto a los escritores rusos subversivos comparto con frecuencia) busquen el modo de sacudirse semejante peste.”


Hace veinte años, los milicianos del hombre de paz Josu Ternera decidieron liberar al pueblo vasco bajando a matar a Zaragoza, donde destriparon a un hermano y a dos sobrinas de tres años de Alcaraz, que ha dedicado su elocuente vida a reclamar para sus muertos memoria, dignidad y justicia. Por qué Ternera escogió a la familia del agrio Alcaraz y no a la de personajes dotados de sentido del humor (“¡Antes muertos que sencillos!”), como Martín Garzo, sigue siendo un misterio de la lucha de clases.

Domingo, 23 de Febrero

 


Clases de piano

Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis?

 DOMINGO, 23 DE FEBRERO


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros.

Lucas 6, 27-38

sábado, 22 de febrero de 2025

Marina



Ignacio Ruiz Quintano

Abc Cultural


Vivimos en un país donde el fascismo y la democracia, cuando no están prohibidos, son obligatorios. No se trata, pues, de que, como con Franco nos pegaron un tabarrón de derechas, con Rodríguez tengan que pegarnos un tabarrón de izquierdas. Se trata de que nadie nos pegue tabarrones. Pero entonces, ¿de qué vivirían Marina y la ministra de Marina?


La ministra de Marina es la señora de Arenillas, una mujer que tiene todo el aire de una gallina que ha descubierto que uno de los huevos que incuba no es suyo, sino de pato. El pato es Marina, que no es un Arma, sino un filósofo.


Los filósofos contemporáneos pueden dividirse en dos clases: los “pontífices” y los “artesanos”.


Esta división la hizo sir Alfred J. Ayer en razón de una diferencia, no de opinión, sino de actitud. El filósofo “pontífice” es Hegel. El filósofo “artesano” es Wittgenstein. En medio estaría Marina, filósofo a la española. Por encargo de la ministra de Marina, Marina va a proveer a nuestros niños de educación para la ciudadanía, que es una cosa para hacer rabiar a los curas. De hecho, oyéndoles hablar, la educación para la ciudadanía huele a venganza de un grupo de Voltaires de bar del desayuno que en esa edad incierta en que la sexualidad no se ha decantado recibieron del cura que los cuidaba un capón o sosquín que ha obrado en el tarro del rencor con la magia del kéfir.


Es que el franquismo nos hizo abominar de los Borbones –se excusa (?) Marina, que ya tenemos dicho que es filósofo.


Nada más propio del humanismo español que confundir la moral y la política, pero es que Marina viene a confundir aquí el franquismo con la república, que fue la que un 20 de noviembre, a las tres de la mañana, que es lo que más le gusta a Anguita, declaró desposeído de todos sus derechos al Rey y a sus descendientes, autorizando a cualquier ciudadano a disponer de sus personas, si fuesen halladas en territorio nacional.


Tratamos de introducir una polémica fuerte. Nos dijimos: si queréis Educación para la Ciudadanía, la vais a tener, pero de verdad. Se trata de introducir en un espacio inesperado una postura muy de izquierdas. Si no hay una reflexión sobre la sociedad capitalista, el discurso sobre la ciudadanía se convierte en una estafa.


Eso ha dicho uno de los educadores-escribas de Marina, Liria, que también es filósofo.


Explicit hoc totum. Pro Christo, da mihi potum –pedían, al cabo, los escribas medievales.


Marchando una de “Romanée Conti” –contestaría la ministra de Marina, señora de Arenillas.

Banderita de Japón


Qué tropa

Hughes


Vance ha descrito como «basura moralista» los argumentos de los globalistas sobre Ucrania. Los mendas de Irak, que tiene tela… Vance ha dicho eso sin conocer a los liberalios, neocons, centristas y usaides bolton españoles, los bidenejos de aquí, en feliz expresión de Torrox, que dejan muy pequeño lo de «basura moralista». Porque para empezar ni siquiera es moralista. Está recubierta de una pomposidad churchilliana, de un ardor belicoso tan gratuito como ridículo. Pelotones spenglerianos de sobremesa.


Por supuesto que la guerra de Ucrania es para nosotros también un problema de libertad de expresión. Porque la verdad ha sido imposible en España, como en Europa, y no tanto por la izquierda como por la derecha. La intoxicación y la propaganda pusieron muy difícil acercarse a la realidad.


El espectáculo de sinrazón, de personas sin razón que se rasgan las vestiduras en el loquero de Internet ¿a qué responde? ¿A qué se debe esto de «hitlerizar» a Putin para inmediatamente «putinizar» al oponente? Los extorsionadores de las banderitas, que explotaron el miedo a la estigmatización, ahora quitarán la de Ucrania e imaginamos que se pondrán la de Japón, pues en el orto llevan un sol naciente.


Quienes se han equivocado durante estos años, y ahí están los hechos, no reconocen su error (no se están simplemente calladitos) sino que amplifican su pavoneo con soflamas y soponcios morales. Feijoo, el que quiere hablar de tú a tú con EE.UU, como si Trump fuera Junts, se atreve a indicar cómo han de ser las condiciones de Paz. Si te han fijado las condiciones de la «paz» vasca (por entrar en el abusivo símil de tanto tonto balconado) ¿cómo vas a ser capaz tú de señalar las condiciones en Ucrania donde los que mandan sobre ti, sobre nos, han perdido la guerra?


Los liberalios y pedantorros centristas se la tienen jurada a Putin y también a Trump. Al fascismo de Rusia y al de EE.UU. Irán a por los dos en cuanto acaben con Pedro Sánchez. Ese es el grado de su delirio, un delirio para contingentes de población neuronalmente arrasados por su propaganda. Viven como okupas atrincherados en el fondo de la caverna platónica, de la que no les saca nadie. Si un rayo de luz entrase por carambola de reverberación, ellos gritarían «¡luz liberticida, luz liberticida!».


Sí, Rusia invadió. Pero EE.UU quería ponerle misiles en la frontera y Ucrania podía acabar descuartizada. El movimiento A provocaría el movimiento B que provocaría el resultado C y esas consecuencias eran conocidas. ¿Las despreciaron por simple locura o por la más grande corrupción imaginable? EE.UU pierde la guerra con Rusia en el cuerpo y las vidas de los ucranianos y como es quien paga, quien apoya financiera y armamentísticamente, decide que se acabó. Y lo dice alguien, Trump, con la más grande legitimidad democrática que han conocido los tiempos. No ha habido en la historia de la civilización una legitimidad democrática como la suya.


A Trump, por tanto, no le pueden hablar de democracia unos mentecatos ibéricos con tres libros de Zweig. Y puntualizarlo no es «ser lacayo de Trump», otra de sus falacias de cotolengo. Un periodista y un político deben decir la verdad. Y si no se dice, por lo menos, no caminar muy lejos en dirección contraria. La realidad es la materia prima con la que trabajan los dos. La esfera liberalia, peperocentrista, los hijos del USAID y los hijos de Irak (¡dando lecciones aún!) viven de mantener engañados a millones de españoles. En eso son exactamente iguales que Sánchez.


Yo estaría a muerte con la Unión Europea de Keir Starmer (que tiene cohone) si esto significara que los liberalios se van al frente. ¿Se pueden ir? ¿Se irán? ¿Cogerán su fusil peliculero para luchar contra Putin? Pagaría más impuestos para hacerlo posible. Me dejaría diezmar. Alguien resumió la cuestión con un tuit genial, catedralicio: «Sus hijos al Británico, los tuyos al Donbás». Esta es, por el momento, su idea de sacrificio. El atlantismo es una cosa que unos señores de Aravaca quieren hacer en Crimea. En realidad, ahora usan a Ucrania para atreverse a deslizar un pacto PP-PSOE.


Somos absolutamente insignificantes, motivo por el cual Trump no incluirá en su venganza personal a estos peones españoles de la propaganda globalista, irresponsable y conspiradora, pero sí puede meter a Zelenski, que algo conoce de la corrupción del establishment americano en Ucrania y de las andanzas de los Biden.


Zelinski negocio una paz con Rusia y un señor inglés recién salido de la UE le dijo que en nombre de los valores europeos volviera al frente a seguir pegando tiros. ¿Para qué lo van a sentar en la mesa? Esto sería como si José Luis Moreno fuera a declarar y el juez le pidiera que llevara a Monchito.


La buena prensa de Zelenski en España, de todos modos, tiene otro motivo profundo en el que no se repara. Sólo en Ucrania y España es oficial proscribir la lengua mayoritaria en medio país. Esto hermana a sus clases políticas.


Lo dicho: banderita de Japón o a Zaporiyia a morir por el vínculo atlántico. 


Leer en La Gaceta de la Iberosfera