lunes, 16 de septiembre de 2019

El Cádiz

 Calle de Cádiz

El año que nací


Francisco Javier Gómez Izquierdo

        Quizás no sea la mejor plantilla de Segunda. Quizás ni la sexta mejor. Es posible que en tiempo de carnaval le acuda un Levante de mala racha y le aparte de los primeros puestos de la clasificación para que el cadista cabecee resignado mientras tararea coplas del gran Manolo Santander, que en paz descanse. No sé que pensar de éste Cádiz al que parecía debilitar la marcha del extraordinario Machís -cuánta electricidad acumula el venezolano-, el francotirador Aketxe (“Javi ¿quién tira la falta?”, “El 23, Juan. Aketxe”. Lanzó y gol); la veinteña perla de Chiclana,Vallejo, y ¡cómo no!, Correa, ese lateral ducho en la categoría que ha llamado a su lado Mendílibar
      
 La primera rareza del actual Cádiz es que su entrenador empiece la cuarta temporada sentado en el Carranza en tiempos que los entrenadores duran cuatro jornadas sin que de nada valga que ganen la Copa y te clasifiquen para la Champions. Bueno, si tenemos en cuenta que en Cádiz los gallegos y los montañeses eran  tradicionalmente los propietarios de “los comercios”, no ha de extrañar la permanencia de Álvaro Cervera, al que se tiene por cántabro siendo guineano, en el próspero negocio del “furbo”. No es casualidad que, durante 20 años, Cádiz tuviera una alcaldesa santanderina o que al difunto Alfredo Pérez Rubalcaba, de Solares, saliera por Cádiz al Congreso. Álvaro jugó en el Rácing y en el Rácing triunfó como futbolista . El  Rácing lo llamó como entrenador para evitar el descenso hace siete u ocho años, pero “su” club era un desastre con el que en principio no pudieron los decadentes por entonces Héctor Cúper como míster y Munitis como extremo. En Huelva no gustó que dejara “tirao” al Recre por mucho que respondiera a la sagrada llamada de la sangre y el esperado fracaso en Santander yo creo que lo devaluó de modo exagerado. Tuvo que bajar al duro banco de la 2ªB  y llevó al Tenerife a 2ª de donde le despidieron ya asentado el equipo por esas leyes del fútbol.
      
Álvaro, que fue extremo incluso internacional, le gusta jugar al contraataque. Y hace bien. Yo creo que no ha habido estos años equipo como el suyo a la hora de interpretar suerte tan hermosa. Sus relámpagos han sido Alvarito, hoy en el Rayo Vallecano, Aitor, en el Spórting, Ortuño, ovetense que seguro añora carreras de victoria...
      
Para esta temporada han quedado Salvi como cohete y dos jugadores poco conocidos, Garrido y José Mari, que se saben el sistema del entrenador de memoria, junto al “mohoso” Alex Fernández, hermano del Nacho merengue, que ha encontrado su mejor fútbol y la tranquilidad del espíritu en las lecciones de un entrenador a su medida. Prefiere Álvaro Cervera los brillantes arreones del oscuro Perea en vez de al célebre Jurado y se ha averiguado la contratación del “Choco” Lozano, un pequeñito que corre como a él le gusta. Curioso es que dos de los medios centro cordobeses, Edu Ramos y Bodiger vistan hoy de amarillo, ¡ah! y que el tercero, Aguza, sea decisivo en el Almería, el otro equipo puntero ahora mismo en Segunda.
     
 Para que salga bien el contraataque es necesaria una defensa muy concentrada y con esa cualidad no hay centrales como los sudamericanos, Mauro y el otro que no lo es, Cala, como si lo fuera. ¡Qué mala leche se gasta el tío! En los laterales se asienta Iza, canterano del Betis pero gaditano por nacencia, que ha jugado todo en clubes que se aprende o se muere: Zaragoza, Leonesa y Rayo Majadahonda, por delante del veterano Sergio Sánchez o el inconstante Akapo. De lateral izquierdo el “Pacha”Espino, que con ser uruguayo se supone que ha de bastar. El portero es Cifuentes. Tiene 40 años cumplidos. Vino de la mano de Álvaro y nadie en Cádiz discute su titularidad.
      
Este equipo lleva 15 puntos de 15 disputados y esta jornada ha derrotado a una de las mejores plantillas, si no la mejor, de Segunda por 2-0. Una plantilla en la que juega Stuani, el reserva de Luis Suárez en Uruguay. Al ser expulsado recordé que Stuani llegó a España por Albacete y fue a parar a Santander. Allí hizo pareja con Munitis el año que bajó el Rácing... que entrenó Álvaro Cervera.
      
Si es que el mundo es un moquero, como decía Carlos.