jueves, 17 de enero de 2019

"Háztelo mirar"



Francisco Javier Gómez Izquierdo

         Creo detectar un reproche de moda, lanzado por personajes famosetes y famosillos, que con ánimo sobre todo de señalarse ellos como garantes y ejercitantes de la bondad social absoluta, achaca  a los librepensadores de una lepra o sarcoma de la maldad que les hace merecedores de un lazareto para ignominiosos. La tontería es sencillísima y de fácil aprendizaje: “..si no te gusta -algunos y algunas dicen”si te asusta”- la Ley de violencia de género háztelo mirar”.
      
Háztelo mirar. Dos palabras que no se caen de la boca parlera tertuliana y que repicaban en el café de Antonio -hoy S. Antón en Gamonal- esta mañana a la hora de las tostadas. Creen que dicen bien porque como es común en gente así, no distinguen el mirar del ver y piensan que cuando hablan, dicen... y no reparan en que lo absurdo además de inexplicable e incomprensible puede ser ¡ay! muy injusto.
      
Ustedes han conocido el acelerado y extraordinario movimiento -autobuses gratis- de los partidos y asociaciones dependientes de los mismos en Andalucía para parar, dicen, el fascismo que protege a los maltratadores como si no se supiera que quien corre peligro no es la mujer sino el pesebre de unos cuantos miles de mirones que han manejado millones. Mirones que se lo han hecho ver y han visto dónde hay que ponerse pero que creo no sabrían cómo justificar las sentencias a las que se llega con su querida y admirada ley. 
      
Veamos, que no es lo mismo que miremos, un caso práctico y real ocurrido dos días después de Reyes del presente 2019:
      
Un camionero separado hace más de un año tiene muy buena relación con su ex-mujer y sus hijos. Tienen vidas aparte, pues el camionero tiene que seguir cumpliendo una orden de alejamiento impuesta durante los trámites de la separación por... desconozco los motivos. El camionero, que vive en distinta población que su ex-esposa, ha hablado por teléfono y se ha visto  con ella  en varias ocasiones para velar por la educación, vestidos y evolución de sus dos hijos. Dos días después de Navidad el camionero hace un alto en la ruta conforme ha concertado con su ex-pareja, para dejar los regalos de Reyes de los niños. Una vecina, inquisidora vigilante de la ley que hay que mirar, al ver al camión llama a la policía y ésta, sin hacer caso de los ruegos y razones de la mujer, en teoría amenazada, llevan al camionero al juez que ordena conforme a la LVG su ingreso inmediato en prisión por incumplir la sentencia “emanada” de una ley no sólo injusta, sino a todas luces inconstitucional, por mucho que se la quiera mirar del derecho, del revés o al tresbolillo.  El camionero sigue preso y no podrá pasar la asignación mensual que le corresponde a su mujer y sus hijos, pero el repentino  empobrecimiento y menesterosidad de esta familia no preocupa a los tertulianos encargados de magnificar las bondades de una ley que enorgullece a los que mandan en España, en especial al presidente Don Pedro Sánchez y su vicepresidenta Doña Carmen Calvo. De lo que miraban los que mandaban en Andalucía no creo necesario dar detalles.