[…] Se empieza por mentir a sabiendas de que se miente, emitiendo juicios interesados, y se acaba por creer que sólo es bueno lo que nos conviene. He aquí por qué le doy tan poca importancia a las opiniones de empresarios, apoderados, etc., es decir de todos aquellos que viven del mundo taurino […]
Uno al sesgo
A los cuarenta y tantos años de ver toros
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J. R. M.