miércoles, 30 de octubre de 2013

Malditismos




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Leer las elegías a Lou Reed es llegar a la conclusión de que la Generación Más Preparada de la Historia ha vivido (vive) en un infierno.

    Es lo que tiene el malditismo.

    O mejor, esos intensos del malditismo, que dice Hughes, que se hacen un poleo flipando con “Venus in Furs” y que, al final, siempre sacan a los grises.

    –No hay muerte en que no aparezcan Los Grises, que ya suenan a grupo mod.
    
El Sartre nuevo de este viejo infiernillo (el infiernillo siempre son los otros) podría ser Loriga, por el existencialismo derramado sobre las pavesas de Lou: “Tenía que ser precisamente en Halloween”.

    Halloween, con mayúscula.

    –Si dios (con minúscula) tuviese sentido del humor, haría cosas así.

    En ese juego de mayúsculas y minúsculas cabe todo el “corpus” de la cultura progre, por lo que Loriga merece la calabaza de Fray Gerundio, cuyo gramático postuló que las letras se inventaron para ser representación de las palabras, “y así, cuando yo concibo una cosa pequeña, la debo escribir con letra pequeña, y cuando grande, con letra grande”.

    –Verbigracia: ¿qué cosa más impertinente que, hablando de una Pierna de Vaca, escribirla con una “p” tan pequeña como si se hablara de una pierna de hormiga?
    
Si Nixon dimitió por una cosa pequeña (espiar al partido del asno), ¿debe dimitir Obama por espiar a todo el género humano (cosa grande)?
    
Cuando Jeremías Bentham calificó los derechos del hombre de “obra metafísica, el non plus ultra de la metafísica”, no dijo ninguna bobada.

    En España, la autoridad en derechos humanos proviene hoy de la Eta, que acusa a su víctimas de luchar contra los derechos básicos (?) “con esquemas de la ultraderecha”, es decir, con pancartas, en vez, supongamos, de las exigentes “Parabellum” de los esquemas de la ultraizquierda.
    
¡Elurtxuri ha cumplido más cárcel que Mandela! –protesta la prensa del movimiento.
    
Y el fiscal, viendo “Pasión de los fuertes”, que ahora es “Pasión de los febles”.