miércoles, 21 de julio de 2010

Epigramas del cuerno

Calentándose al fogón,
Toribio, el pasado invierno,
se movió un olor a cuerno

que infestó la habitación.
Al punto, con ligereza,

acudió su esposa, Irene,

diciendo: -¿Qué es eso, nene?
¿Se te quema la cabeza?
J. M. VILLERGAS