Francisco Javier Gómez Izquierdo
Sí, el Barça juega bonito... pero defiende mal. Le sobra talento, calidad y sobre todo movimientos muy bien entrenados en la parte de arriba, pero el riesgo que corre con la defensa tan adelantada, servidor y muchos otros personajes que han jugado y entrenado lo llevamos señalando toda la temporada. Entrenadores que estudian bien al contrario, como es el caso de Simone Inzhagi, disponen las salidas desde campo propio en pos de balones a la espalda de los defensores catalanes. A Inzaghi se le lesionó Lautaro, la mejor liebre, pero persistió en la estrategia y desde el sofá veíamos como en la segunda parte sobre todo Mkhitajran, Barella, Dumphries y sobre todo Bisseck acomodaban el cuerpo tras la raya del centro del campo para emprender sprints de cuarenta metros. Cierto es que el Barcelona presiona coordinadamente para que el pase en profundidad no se produzca, pero el mínimo descuido te desnuda. La categoría y los conocimientos de Flick son indudables. Lo que está haciendo no es fácil y no está al alcance de cualquier técnico, pero a servidor esa obsesión con la defensa en el centro del campo, no le convence. Aquí en Córdoba, Iván Ania utiliza la misma estrategia y reconozco que con el aplauso del cordobesismo, pero...
Una jugada anoche a falta de un cuarto de hora explica lo arriesgado del sistema defensivo. Dumphries se va por la derecha. Varios interistas a los que los defensores no alcanzan suben veloces por la izquierda. Dumphries centra y Mhkitakran marca. Parece gol. El linier del mejor arbitro del mundo, el señor Turpin, levanta el banderín. El colegiado, obligado por la normativa moderna, manda esperar y los muñecos que ponen en el tele, sin referencia del balón, dicen que las falanges distales II y III del interista están por delante de la rodilla de Cubarsí. A mi parecer, si el señor Turpin pita fuera de juego, acierta... y si da gol, también. Es el árbitro quien debe decidir. La imagen de los muñecos puede estar manipulada y es lo que pensará siempre el equipo perjudicado. Antes era el árbitro que "era humano" el que fallaba. Ahora la máquina decide. No se equivoca nunca, pero se puede manipular.
El Barcelona-Inter resultó ser la consagración de Lamine Yamal, 17 años, con un repertorio mágico en los pies que hace disfrutar a todo aquél que le gusta el fútbol. Incluso a los aficionados del eterno enemigo. Los dos lanzamientos al travesaño y la escuadra, el uno exquisito y el otro de chamba pero que quedó espectacular, además del sensacional golazo que espabiló a un equipo casi noqueado lo van colocando en la vitrina de los más sagrados. Da el cante con el pelo pintado de rubio Margot, que diría don Camilo José Cela, pero ya se sabe que los genios no cuidan ni el aspecto ni la indumentaria.
Gran partido que esperamos se repita en Milán.
El PSG me gustó más que el Arsenal. Luis Enrique, entrenador de club y no de selección, tiene muchos parecidos con Flick. Inspirados Kvaratskhelia, Doué, Dembelé y sobre todo Donnaruma que ¡en fin!.. más Vitinha, Fabián y ese Achraf, depredador lateral capaz de romper la mejor línea defensiva, no tienen por qué temer a nadie. El Arsenal ganó en Madrid y está capacitado para ganar en París, pero no lo veo, la verdad... Se espera también una noche emocionante.

