viernes, 7 de agosto de 2020

Vuelven los partidos ueferos

Francisco Javier Gómez Izquierdo
 
            El fútbol más cotizado, el que organiza la Uefa y que a tantos ha hecho ricos, volvió el miércoles con la Europa League. Vuelve desangelado, decadente y como huérfano. Lo que se había convertido en espectáculo televisivo casi imprescindible, la peste china lo está transformando en monería para escaparate y los fanáticos del asunto vemos pasar los partidos a la espera de noventa minutos que nos alteren el bajón en el que languidecemos.

Temía un servidor que los nuestros pagaran un tributo demasiado caro por llevar tanto tiempo parados y entrenando “raro” mientras los gallitos del resto de ligas, salvo la francesa, enganchaban el final de las suyas con las eliminatorias a vida o muerte que tanto nos gustan a todos. Para el Getafe podría parecer coartada exculpatoria, pero a los madrileños ya les partió el sensacional ritmo que llevaban el maldito confinamiento. Bordalás es un extraordinario entrenador que seguro tenía programados hasta los picos de forma de una temporada normal pero para esta anormalidad nadie estudió y tras la eliminación ante el Inter resumió perfectamente la realidad a la que hay que descender cuando se vive con pocos euros entre sibaritas: “...Lukaku, el que nos ha marcado el primer gol, vale más que toda la plantilla del Getafe”. Tendría que haber añadido, “y Erikssen, el que coló el segundo y además es reserva, estuvo pretendido antier por todos los grandes de Europa”. Aún así, creo que a la sensacional valentía getafense le ha faltado una “miaja” de suerte. Sus errores ante el penalty no es más que eso: mala suerte. Mala suerte ante el Levante -partido inolvidable del que la hinchada azulona sospecha vudús, males de ojo y la inquietante participación del VAR- y mala suerte ante todo un Inter de Milán con Lukaku y Lautaro que pudo descarrilar si Jaime Molina llega a acertar con el penalty que hubiera supuesto el 1/1. También es verdad que el equipo planta siempre cara a los grandes pero al final sucumbe. A veces injustamente, pero sucumbe siempre. Creo, con perdón, que la debilidad azulona vive atrás. En la defensa. El miércoles especialmente en los dominios de Etxeita. Bordalás seguro ya que tiene entre ceja y ceja a dos o tres tipos duros  para la temporada próxima.

El achaque del estado de forma lo desterró el Sevilla, poderosísimo en todas las facetas del juego ante la Roma: correr (En Nesyri, Ocampos, Jesusito Navas...), saltar (En Nesyri, Diego Carlos, Koundé...) , chocar (En Nesiry, Fernando, Jordán..) y colocación de los once.  Del acierto de Monchi con Ocampos, con la asentada pareja Diego Carlos-Koundé, con De Jong, Fernando...  no es necesario extenderse pues Monchi es el acierto seguro, por mucho que le pese precisamente a la Roma. 

Particularmente me parece que el “pelotazo” del futuro, el que puede llegar a pisar el área y sus aledaños con la autoridad de un Kíe dominador es En Nesiry. Un Benzemá más eléctrico que técnico, más listo que inteligente y ¡eso sí! es posible que más acelerado de lo conveniente. El último defecto se puede corregir entrenando. Me gustaría que a este chico que uno vigila desde que apareció por Málaga desde Marruecos le reventaran las tripas de potencia y calidad que creo guarda aún y que lo haga, por ejemplo, en la final de esta Europa League. 

Gran partido del Sevilla ante una Roma que aún espera ser salvada  por el tino milagroso de  Dzeko y la terrorífica guadaña de Kolarov. Dicen que Zaniolo, otro que como Cucurella gasta llamativa melena  para que sepamos por dónde anda en todo momento, es el futuro de la Roma y de Italia.  ¿Ven ustedes? Hay augures mucho más arriesgados y disparatados que un servidor. Además, exigen y cobran dinero por sus desvaríos. Lo mío no deja de ser más que opinión de humilde aficionado. A un joven del Elche que aquí mentamos cuando hace un año compareció en 2ª, Gonzalo Villar, y del que nos atrevimos a decir que ganaría dinero en el fútbol, lo sacó al final el entrenador Fonseca para arreglar lo que no tenía solución.