viernes, 24 de mayo de 2019

UEropa



Hughes
Abc

Garicano (Ciudadanos) habló esta semana de la amenaza que supone China para Europa. Estábamos “fokuyamizados”, dijo. Es decir, “fukuyamizados”, o sea, creían que ya no había antagonismos, ni bloques ni peligros, y de ese guindo geopolítico se cae ahora el (le llamaremos así) centrismo.

Después de mucho criticar a Trump y su nacionalismo económico se da cuenta Garicano de la necesidad de que Europa tome medidas serias en relación con China. Vaya. ¿Qué hacemos entonces con todo lo que dijeron de Trump, cuyo proteccionismo iba a acabar caprichosamente y por pura estupidez con un paraíso de libre de comercio? ¿Qué será pues del liberalismo si no lo protegen los Garicanos -que son un poco como los Cayetanos-?

Se está viendo estos días en el periodismo céntrico, que era antitrumpiano hasta lo inquisitorial y ahora descubre la amenaza de China, los rigores del Metoo y hasta la retórica fundamentalmente humorística de Trump. Todo en 2019.

La ventana de Overton llaman a ese espacio político de lo decible. Moverla un milímetro cuesta mucho, pero una vez abierta es fácil situarse allí y explotar el predio. O dicho de otro modo, las cosas no son lo mismo si se dicen en 2019 o en 2016. Ése es otro valor emocionante y frustrante del periodismo, algo efímero que muere con el día. La “overtoriedad” de un texto se siente ese día, y es una cualidad que desaparece con los meses. Es un rasgo de lo escrito en los periódicos que nos recuerda su fugacidad y su naturaleza casi de performance, de texto-experiencia que se podría quemar ese mismo día y que toma su sentido en unas coordenadas concretas. Es algo no literario (Dios mío), sino circunstancial. Como diría Xavi, algo espaciotemporal.

En relación con el debate europeo, acabo, puede decirse ya que no ha existido. Nadie, salvo en momentos contados de Vox (más Hermann Tertsch que Buxadé), ha defendido Europas alternativas o ha criticado seriamente la marcha que toma el continente. No ha habido un debate ni siquiera superficial. No se ha cuestionado la UE sino políticas de la UE. ¿Se puede sentir la pasión europea sin cuestionarla? Más que Europa esto es Ueropa, un ámbito apasionadamente administrativo, o Erasmia. Pero Europa es la discusión sobre Europa y aquí no ha habido mucho. Por eso, de repente, en su calidad de experto autorizado y fuera de toda duda ideológica, el que estuvo en la London School nos informa, dando un volantazo, de que esto de China hay que mirarlo muy seriamente. Algo que estaba en la calle y en las charlas de bar desde hacía años.

En otro orden de cosas. En la apertura de la legislatura se comentó mucho que Vox se sentara en los escaños habituales del PSOE. Ignoro si alguien lo ha comentado, pero hay un detalle divertido sobre esto. Algo parecido hizo José Antonio Primo de Rivera, que eligió su escaño lejos de la derecha y cerca de los socialistas. ¿Fue un guiño? ¿Fue casualidad? Si Vox fuera tan joseantoniano como dicen los “expertos en la extrema derecha” tendría un discurso muy enfocado en el trabajador y bastante menos liberal en economía. No sólo en el trabajador: en el trabajo.

Pero aquí la acusación de joseantoniano ya sabemos lo que quiere significar.

La ventana de Overton