Abc
El tabarrón catalán por delante y el tabarrón del Balón de Oro por detrás: he aquí un telediario en España.
Lo mejor del Balón de Oro en mucho tiempo lo ha dicho el “Scarface” del Bayern Frank Ribéry, al que privaron del suyo en beneficio de Cristiano, a quien privaron del suyo en beneficio de Messi (y así sucesivamente):
–Vi a Blatter abrazar a Cristiano Ronaldo, no soy tonto. Estaba toda su familia allí, no la iba a llevar para no ganar. El Balón de Oro ya no es para el mejor jugador. Es todo por política.
¡Ah, la política!
La política no es más que el arte de conquistar el poder… y conservarlo.
El Barcelona lo conquistó con Laporta y no ha sabido conservarlo con Alexandre Rosell i Feliu, y esto le va a costar a Messi algún Balón de Oro en la estantería de su mueblebar.
Un Balón de Oro es en el fútbol lo que una Puerta Grande de Las Ventas en los toros o lo que un Óscar de la Academia en el cine.
El futbolista más grande que uno haya visto (a Di Stéfano no llegué) es Cruyff, y ni siquiera sé si tiene un Balón d Oro.
Recuerdo como si fueran de anoche las Puertas Grandes de Chenel, de Aparicio, de Rincón, de José Tomás (97, 98, 99) y de El Cid (¡más, aún, las No-Puertas de El Cid!), y no sabría decir un solo lance de las Puertas Grandes (habiéndolas visto todas) de Julián López, Luque, Castella o Perera.
El año de “Uno de los nuestros” los académicos de Hollywood concedieron el muñeco a “Bailando con lobos”, y eso es como los Balones de Oro de Owen y Cannavaro, es decir, un premio como el de Empleado del Mes.
–Respecto al empleado del mes, ¿cuáles son los criterios que toman para designarlos? ¿Esto los motiva? –preguntan unos psicólogos argentinos a unos trabajadores de McDonalds.
–Los criterios para elegir a un empleado del mes son el desempeño, el compromiso y el presentismo, y sí, nos motiva bastante.
El Balón de Oro viene a ser el título de Empleado del Año que el piperío concede (por su desempeño, compromiso y presentismo) a su ídolo de guardia, y por eso su celebración, como la del Empleado del Mes, corresponde a la familia del galardonado, que es lo que Ribéry, que no es tonto (ni ta feo como cree la venerable Elena Valenciano) vio (y entendió) cuando se lo dieron a Cristiano.
¿A quién abrazará Blatter este año?
El abrazo de Blatter es como la sombra de “Phil”, la marmota de Bill Murray en Punxsutawney (Pensilvania, Estados Unidos).
Si se ve la sombra de “Phil”, el invierno se alarga seis semanas (la sombra de “Phil” es alargada). Y si se ve el abrazo de Blatter (tan cariñoso como el beso de Judas), el abrazado tiene un Balón de Oro.
En el “Miami Vice” del fútbol, Blatter, que es el desahogo, va de poli bueno, y de poli malo va Platini, que es la vanidad.
Se supone que Platini odia al Madrid porque nunca lo quiso fichar, y su forma de fastidiar a Cristiano es alabar a Neuer, símbolo de la selección campeona del mundo cuyos miembros pueden pasar a la historia ayunos de reconocimiento. O Tannenbaum!
GALGOS O PODENCOS
En una de esas encuestas con que se pastorea a la opinión pública se informaba recientemente de que sólo dieciséis de cada cien españoles estarían dispuestos a defender su país en caso de invasión extranjera. Ayer cayó un hincha del Deportivo en pelea con hinchas del Atlético, y ahí está el reto ahora para los sociólogos: qué demencia es la que nos lleva a hacer por nuestro equipo de fútbol lo que no haríamos, ni locos, por nuestro país. La Comisión contra la Violencia, que había declarado el partido Atlético-Deportivo de “bajo riesgo”, se reúne hoy, “de urgencia”, para dar satisfacción a la inquietud social de no saber si los violentos del fútbol son galgos o podencos, que es en lo que siempre quedan estas cosas. Tampoco sé si en esa Comisión figurará el joven Ibarra, nuestro firme campeón del ecopacifismo y la filantropía federal.
Comisión
En una de esas encuestas con que se pastorea a la opinión pública se informaba recientemente de que sólo dieciséis de cada cien españoles estarían dispuestos a defender su país en caso de invasión extranjera. Ayer cayó un hincha del Deportivo en pelea con hinchas del Atlético, y ahí está el reto ahora para los sociólogos: qué demencia es la que nos lleva a hacer por nuestro equipo de fútbol lo que no haríamos, ni locos, por nuestro país. La Comisión contra la Violencia, que había declarado el partido Atlético-Deportivo de “bajo riesgo”, se reúne hoy, “de urgencia”, para dar satisfacción a la inquietud social de no saber si los violentos del fútbol son galgos o podencos, que es en lo que siempre quedan estas cosas. Tampoco sé si en esa Comisión figurará el joven Ibarra, nuestro firme campeón del ecopacifismo y la filantropía federal.
Comisión