jueves, 1 de mayo de 2014

Estrategas


Francisco Javier Gómez Izquierdo

       Guardiola, Mourinho, Ancelotti y el Cholo Simeone  eran señalados como los protagonistas de las semifinales. En un principio todo se fiaba a las sorpresas y novedades tácticas de cuatro estrategas de reconocido prestigio simplificando la tarea de los futbolistas a la mera ejecución de unas órdenes supuestamente vencedoras... pero en fútbol, el prestigio no da victorias y en semifinales de Copa de Europa sales a matar o te matan.

      No creo necesario abundar en el empecinamiento del entrenador Guardiola por que el Bayern sea el Barça, cuando hasta los aficionados menos avisados saben que hay equipos que no pueden repetirse: Madrid, Ajax, Milán, Barça. El Bayern nunca se ha apuntado a modas quinquenales y con una elegancia basada en una contundencia inasequible al desaliento, siempre ha hecho sombra a los insolentes. El entrenador Guardiola quiere cambiar los usos y costumbres del Bayern, como si la Historia del Bayern fuera deprimente y como si los alemanes amantes del fútbol no supieran que los futbolistas del Barça juegan desde los doce a los cuarenta años del mismo modo. De un modo bastante distinto a como lo hacen los cadetes y juveniles de la Germania. El entrenador Ancelotti y mi mozo de veinte años se han dado cuenta de que Guardiola sobreexplota a Robben y Ribery  convencido de la importancia de los extremos y así como los sacos de trigo solían romperse por los costados por apretarlos demasiado, Ribéry chocó hasta enloquecer contra el muro Carvajal-Bale y Robben se fue agotando espasmódicamente en el laberinto organizado por Coentrao y Di Maria.  Todo pareció fácil en Munich, y lo más fácil, cabecear entre cabezotas hasta antier graníticas. ¡Dos goles de cabeza! Boateng y Dante no encontrarían agujero si en vez de con el educado Neuer, se las hubieran con Maier y Kan.  Total, un Madrid sin fisuras, poderoso físicamente y veloz como centella -como quieren los muniqueses y mi chico que sea su Bayern- pisoteó sin piedad el prestigio del entrenador Guardiola, obsesionado con que las ocas pueden volar como  águilas.
     
Dio pena el Bayern. Los viejos aficionados colchoneros lo querían para la final. Para vengar a Luis que marcó un gol en el minuto 115 que valía una copa de Europa. Pero llegó Schwarzenbeck en el 120 y se jodió el percal. Hace 40 años sólo eran capaces de jugar cada dos días los alemanes y por eso el partido de desempate no se recuerda en España, ni cuenta para los atléticos. La Copa de Europa se perdió 1-1 y el 4-0 de los Hoeness -el Bale de la época- y Muller -el Cristiano metegoles-  fue una ventaja de la UEFA al Bayern que estaba acostumbrado a unos trabajos para los que los españoles necesitábamos descansar.

El Cholo Simeone es el entrenador del año, porque lo que se pide a un entrenador es que el equipo esté unido, que el equipo no se desconcentre, que el equipo pelee hasta la extenuación, que nunca desfallezca y que defienda su portería como la jabalina a los jabatos. Para marcar ya habrá tiempo.  En esta temporada no hay equipo que compita como el Atlético y verlo jugar -mejor, luchar- en Londres ha de llenar de orgullo a sus seguidores. Andaba el míster Mourinho preocupado con Felipe Luis y le puso vallas disuasorias, pero olvidó la testarudez navarra de Juanfran, el otro lateral, capaz de precipitarse al abismo si así se lo manda su entrenador. No supo parar a Coke -el sustituto, supongo, de Xavi en el Mundial-, un torbellino de fútbol entre uruguayo y canario... y se empeñó en considerar a André Luis un centrocampista solvente. No me explico el predicamento de André Luis, un futbolista cuya mayor virtud son sus cabezazos. El entrenador Mourinho saca a jugar unos onces, a veces sorprendentes y en ocasiones extravagantes que pretenden -supongo- intimidar, pero al Cholo no le intimidan ni cien ejércitos de Napoleón. El Cholo transmite “cojones” y “nos vemos a la salida”. Por eso nadie se mete con él. Porque hoy, uno de mayo del 2014, es el más Kíe* de todos los estrategas. El estratega que de aquí a quince días intentará devolver al difunto Luis Aragonés el gol que valía una Copa de Europa.

     *Kíe: preso alemán apellidado así,  que abortó un motín en Carabanchel por que tenía que dormir la siesta.