Hughes
Abc
Se ha hablado mucho esta semana de San Mamés. Tanto que algunos hemos reparado en que verdaderamente no conocíamos nada de él. ¿Quién fue el Santo Mamés, cuál su martirio o su ejemplo y por qué no conocemos a nadie que así se llame? Si fuera un nombre habitual en el País Vasco algunos periodistas podrían haber escrito sentimentales artículos pidiéndole a Mourinho que pusiera de titular a Mamés Casillas para que pudiera despedirse de su santo. Pero no, nadie se llama Mamés.
Nos parecía uno de esos nombres que nadie elige para bautizar al hijo, pero que al menos servía para un estadio, pero es que Mamés («el que mamó») somos todos y sería una redundancia llamarse así.
Este estadio se ha acabado por convertir en un campo cómodo para el Madrid. El antimadridismo bilbaíno, por clásico, tenía sus límites y sus etiquetas y era menos histérico y más señorial que el de otros lugares (antimadridismo: audi moral del español reciente). Era un antimadridismo tan bien puesto, tan arraigado que afectaba menos.
Nos parecía uno de esos nombres que nadie elige para bautizar al hijo, pero que al menos servía para un estadio, pero es que Mamés («el que mamó») somos todos y sería una redundancia llamarse así.
Este estadio se ha acabado por convertir en un campo cómodo para el Madrid. El antimadridismo bilbaíno, por clásico, tenía sus límites y sus etiquetas y era menos histérico y más señorial que el de otros lugares (antimadridismo: audi moral del español reciente). Era un antimadridismo tan bien puesto, tan arraigado que afectaba menos.
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