miércoles, 14 de noviembre de 2012

A vueltas con lo importante

Maradona, 1973

Francisco Javier Gómez Izquierdo

Como ser campeón de Liga en España hace años que no tiene interés, el fútbol patrio ha buscado otros alicientes menores y diarios que entretengan al público, por lo que una mañana sí y otra tarde también los tribuletes incomodan con querellas ficticias a la espera de titulares y clientes.
         
Ausente el Pep, el negocio dialéctico de Mourinho empieza a flaquear, quedando todo en simples querellas domésticas que partiendo de premisas falsas puede llevar a conclusiones contraproducentes. Desde “la quinta del Buitre” -buenos futbolistas de espíritu eternamente decadente- la cantera del Real Madrid no pasa de ser una piscifactoría a la que acuden pescadores de otros pueblos con la esperanza de que en el anzuelo pique trucha y no barbo. Eso ha sido así desde Mourinho hasta Miguel Muñoz, llevándose la palma aquel Queiroz que era capaz de encadenar tonterías en por lo menos cinco idiomas  y que a un tal Núñez, hoy en el Huesca y antier en el Liverpool, le preguntó que de qué jugaba dos segundos antes de saltar al Madrigal y empatarle un partido perdido. En verdad, el sitio de Núñez siempre fue el Celta de Vigo. Zidane, Maradona, Laudrup, Cristiano... cuestan dinero y empiezan a pelotear en los lugares más insospechados. Cabe la remota posibilidad que de repente te encuentres un Messi casi sin querer, como pudo encontrarse mi Burgos CF un Maradona de chiripa. Hace muchísimos años llegó a mis oídos una historia rocambolesca y que al parecer conoce José María MInguella de cuando se dedicaba a buscar talentos, que dice que tuvo apalabrado a un Maradona de 15 años con el Burgos, pero que Astorga, el ojeador burgalés, no se atrevió a traerlo por sólo ver un niño muy bajito y prefirió a un tal López, del que Martínez Laredo sacó unos millones colocándoselo al Sevilla.
      Mourinho vino a ganar y no a formar canteranos, por lo que no es justo echar la culpa de no haberse traído una Masía incorporada a quien se le reconoce un contumaz nomadismo. El modelo Barça está calando en provincias, mas por necesidad que buenas intenciones, y quiero ver presidentes concertados con periodistas fomentando calidades juveniles de a millón el año, sin, por supuesto, importarles un comino la prosperidad de su club y sí mucho la de su cartera.
       
A un servidor, hastiado de tanta disputa entre dos, lo que de verdad le importa es la auténtica Copa de Europa (sólo a partir de octavos) y el sufrimiento de los clubs de 2ª división, auténtica competición con verdadero interés y  de la que me van a permitir cuente de vez en cuando lo que me está pareciendo, porque en 1ª... ¿qué más da que la Liga la gane el Barça o el Madrid?