sábado, 26 de noviembre de 2011

Camisetas

La República sin camiseta

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

“Vendrá la unidad europea”, decía Ortega allá por el 48, y decía, además, que la unidad sería económica, porque la jurídica “no interesa”. Y ahora hasta Ramonet, o lo que va quedando de Ortega, anuncia en Burgos el fin de la historia europea.

La historia del fin de la historia es de un tipo del Kgb, Kojève, para quien la historia universal terminó en Napoleón y Hegel, tras de los cuales sólo hay “subjetividades arbitrarias sin peso histórico”, con una única excepción: Stalin.

La historia del fin de la historia pasa del estalinismo sofisticado de Kojève al liberalismo victorioso de Fukuyama para encaminarse al mercadillo de artesanía de Ramonet, Punset…, con la peña en la calle, porque así lo propician el paro, el tabaco y el otoño primaveral, y dándole al “Ritalin” que tomaban los jipis de Tom Wolfe para ayudarse a fijar la mirada en un punto de fuga, que puede ser el tiqui-taca del Barça o una camiseta de la República.

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La camiseta de la Roja, la camiseta de la República, y en Sol, manojos de frases de camiseta para estar en lo “chic” de la conversación, “con el estoposo saldo de tópicos de los vulgares aduladores de un régimen que no alcanzan a ser más que admiradores fetichistas de su denominación”…

Sectarios de una palabra, no de una idea

Desde luego, para asistir al fin de la historia una camiseta de la República no es más “chic” que una doble capa, con suljan azul y alquicel blanco, de la guardia mora de El Pardo.

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