Entrada de El Coronil
Directamente.... a cobrar
¿A quién apunta la Guardia Civil?
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Hay un modo de llegar a Cádiz desde Córdoba por el que se ahorra kilómetros y el peaje de Las Cabezas. Lo he ido descubriendo por esa manía mía de conocer pueblos y caminos extraños y no tendría nada de particular la ruta si no fuera porque pasa por El Coronil, pueblo que tanta rebeldía predica y del que fue alcalde el excursionista Diego Cañamero. Ahora rige -¿de verdad?- otro alcalde educado en parecidos principios que don Diego, que se presentó por el Partido Socialista de Andalucía, ese ente con el que si eres andaluz conviene llevarse muy bien.
Al alcalde de El Coronil le montó el SAT hace un año una huelga salvaje de basuras de más de dos meses que no pudo ser retratada debido a la vigilancia de unos vecinos que exigían ser contratados... hasta que lo consiguieron. El acceso a la prensa e incluso a la libre circulación de vehículos estuvo muy restringido, por lo que, para evitar disgustos, preferí aquellos días el camino de Utrera y El Palmar de Troya.
Me dicen que el actual alcalde Jerónimo confunde los degolladores islamistas con los números de la Guardia Civil y que maneja a sus gusto vergonzosas fotografías de la guerra de nuestros abuelos con total desconocimiento de las lealtades guardiacivileras. Al alcalde Jerónimo le tendría más cuenta explicar cómo se reparten las subvenciones en su pueblo, cómo se justifican las “peonás”, ese misterio andaluz, y quién consintió las obras de la plaza de El Coronil, ese esperpento estético tan dañino para la vista.
Hace quince días pasé por allí. Por un pueblo siempre en asamblea. Siempre en rebaño. En un continuo recuento que a veces suena a carcelario.