Cocina de gran hotel astur
Rosa Belmonte
Morrissey quiere gasear a Jamie Oliver. Y que la princesa Ana de Inglaterra abra la espita. Mira, también podría asarlo en una plancha Princess. El cantante lo ha dicho a la revista irlandesa Hot Press. La razón, claro, la carne: "Ha matado más animales que McDonald’s". Ya tenía enfilado al chef. En enero lo criticó por cocinar carne: "Si Jamie Orrible está tan seguro de que la carne es sabrosa, ¿por qué no mete a uno de sus hijos en el microondas?". Morrissey es como Bernard Shaw y sus amigos de la Sociedad Fabiana, que estaban a favor del vegetarianismo y sus relaciones con el idealismo político. Como decía Pla, habían pasado de moda precisamente porque habían triunfado (y eso lo escribía en ‘Lo que hemos comido’, hace mil años). Lástima que la inquina de Morrissey contra el chiquitito Oliver sea sólo por comer y guisar bichos. Debo confesar a estas alturas de agosto de 2014 que ha llegado un momento en que no soporto ver gente cocinando. Me da igual si es quinoa o a Rin Tin Tin.
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