Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Macron querría ser la reina de Inglaterra, que celebra (¡amada por su pueblo!) sus setenta años en el trono, pero sólo es otro Almeida (aunque con esposa que le hace de mamá) presidiendo una monarquía paisana (la V República de De Gaulle) e insiste en culpar de la “razzia” de Saint Denis a los ingleses sin entrada para la Final de Champions.
–¡Pero éste es el fascismo de la mano izquierda! –exclamó un Foxá al ver en una revista francesa a De Gaulle, golpista flamante, saludando a las masas en Argel con blanda mano izquierda.
Hay un video de Saint Denis que ilustra la “grandeur” de esta Francia moderna: un supermadero de Macron, vestido de Robocop, se acerca a un joven inglés que llega al torno de entrada con su boleto en la mano, le pone el spray en la cara, lo rocía de gas pimienta y regresa a su posición tan ufano.
Los franceses son a los ingleses lo que los atletistas a los madridistas, y ese gato viene de lejos. Lo cuenta madame de Staël: Napoleón tenía hambre de conquistas, y el Directorio le propuso conquistar Inglaterra.
–El general fue a reconocer sus costas y, viendo que aquella expedición era imposible, regresó decidido a intentar la conquista… de Egipto.
Saint Denis puso de manifiesto que los ricos saben de la inmigración lo que leen en los periódicos, donde no leen nada malo. Así que si hace un siglo “estar contra el reparto” era estar contra los pobres porque era oponerse a la redistribución de rentas, estar hoy contra el reparto es estar contra los pobres porque es oponerse a la redistribución de inmigrantes. Ya que el sistema oligárquico por antonomasia es el proporcional, con su consenso (reparto del botín por cuotas de poder), ¿por qué no aplicarlo también a la inmigración, que ahora sólo pisa las casas de los ricos como servicio doméstico?
¡Cuota de barrio! Como el “Cine de barrio” de Parada (¡aquel desnudo integral de Marujita Díaz!), pero sentado al piano de Pablo Sebastián en casa de Varsvatsky un Espartaco de los de Saint Denis.
[Jueves, 2 de Junio]