miércoles, 4 de noviembre de 2020

El Reformador

Paul Bremer

 

Ignacio Ruiz Quintano

Abc


    Un senador pepero, epígono de Incitato, jura en el Senado consagrarse a luchar con todos (eso incluye a Bildu)… contra el fascismo de Vox, a cuyo jefe, por cierto, que viene del españolismo de Gustavo Bueno, aún no se le ha escapado una sola fascistada de las que acostumbra soltar, sin saberlo, el jefe del senador, un estatalista a cuyo lado Ramiro Ledesma sería Bakunin.
    

Hombre, hombre… ¿Cómo se puede llamar dictadura a esto? ¡Dictadura, la de Franco!
    

Recordemos a tanto sinsorgo que, si mi libertad depende de la voluntad de un individuo, que además suele ser idiota, y no de la ley, entonces vivo en una dictadura.
    

¿Cómo es posible que tan pocos dominemos a tantos? –se preguntó Alexander Hamilton, que inventó para su país (¡y para ningún otro país!) la democracia representativa.
    

Pero Aznar, más que de Hamilton, es de Paul Bremer, aquel gobernador vestido de Emilio Aragón que pusieron en Iraq, y Aznar es el ideólogo del Nuevo Centro que hace suyo el lema de Tony Blair: “Sólo sé lo que creo”. Vivimos, ha dicho, en “el futuro de las nostalgias”, que es, destrozado (“reformado”, diría nuestro reformador de Meopotamia) un aforismo de Eduardo Torres, personaje de “Lo demás es silencio”, de Monterroso:
    

La nostalgia está a la vuelta de la esquina.
    

“Contra los revolucionarios, reformadores”, se resume la receta aznarí, aunque su ministra de Exteriores cuando la “reforma iraquí” tuerza en las elecciones americanas por “la moderada” Kamala Harris contra “el agresivo” Trump, primer presidente americano que concluye un mandato sin arrasar un país de la Tierra.
    

Ya advierte Santayana de la frecuencia con que se confunde las palabras “reforma” y “revolución”:
    

La francesa fue una verdadera revolución, pero la inglesa y la americana fueron esencialmente reformas, pues respetaron y liberaron el anterior orden generador de vida y de instituciones. En cambio, la Reforma “par excellence” fue una insurrección.
    

No estamos locos, pero el Nuevo Centro quiere que lo parezcamos.

[Viernes, 30 de Octubre]