Pues eso
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Vuelvo con mi chico de El Arcángel, nombre de un estadio que tendría que repeler toda aproximación al infierno, con el ánimo por los suelos y por supuesto con cara de condenados. Nos para Mari Ángeles, que está de sobremesa en lo de Antonio con su marido Rafael y Pepe y su doña. Rafael y Pepe, cordobesistas antiguos y como tales muy sufridos, han preferido sentarse en lo de Antonio a tomar un aperitivo, comer como Dios manda y llegar relajados a los postres mirando al Córdoba en la tele en vez de correr al campo con el bocado aún en la garganta, como hemos hecho mi chico y un servidor. “Javis, no vayáis más a verlo al campo porque vaya cara traéis. Haced como estos y vedlo aquí tranquilitos bebiendo un güisquito”. Mari Ángeles tiene razón. Los irreductibles estamos pasando muy malos ratos mientras miramos la galopante descomposición de un club que creo no ha devuelto, por incapacidad, ignorancia o yo qué sé, el incalculable y generoso cariño que un servidor sin ir más lejos ha derrochado desde los duros años de la 2ªB, allá por el año 1988.
Llevo viendo muy mal futuro desde hace muchas jornadas, pero para animar a los de mi peña me agarraba a la clase de Blati y Aguado a pesar de ser consciente de sus limitaciones físicas, a la firmeza de Flaño y Herrero, dos centrales que no han completado entre los dos ni cuatro partidos enteros, a la falta de calidad de los rivales que siendo verdad, no resistimos la mínima comparación creo que ni con el Gimnástico de Tarragona. Hoy ante el Spórting, un equipo de una discreción que no se corresponde con la historia de semejante club, todos nuestros defectos físicos, anímicos y técnicos han quedado reflejados en un encuentro en el que la grada hablaba sin mirar al campo de sus cosas, de las penurias defensivas de la temporada, de la aparente enajenación deportiva de Carlos Abad -hoy ha vuelto a liarla-, del papelón del presidente que ha mandado retirar una pancarta del fondo norte en la que se “agradecía” su gestión (otra muy extraña apareció esta semana en el campo) y de la deserción de los abonados, ausentes en su mayoría como los amigos Rafa y Pepe.
La temporada está acabada y no hay milagro que valga. Si lo hubiere...No. No lo va a haber. Para que así fuera tendríamos que haber ganado aquellos partidos en los que no fuimos inferiores a los rivales como ante este Spórting que nos ha marcado en dos regalos que ahorro su descripción para no martirizarme. Los gijoneses andan justos también de peculio por lo que se han de apañar con lo que crían en Mareo y así cada año les crece alguno de esos yogurines con los que hacer caja y que tantos elogios reciben desde todos los periódicos del país. Hoy por ejemplo me ha gustado Nacho Méndez, 20 añitos, medio centro elegante y sobre todo me ha parecido muy inteligente. Creo que llegará a Primera. Otro bueno, bueno de verdad es Carmona pero se ve que se ha acomodado en Asturias y tiene pinta de convertirse en institución rojiblanca. La moda de los mediocentros negros ha llevado a Cofie a Gijón; No pasa desapercibido, por ser de color, pero ha aportado tan poco como Djurjevic, ese punta que tanto ha costado y al que no le hemos visto un mínimo detalle de peligrosidad.
No me ha gustado el Spórting. Nos ha ganado 1-2 porque nos gana todo quisque, pero no han hecho más méritos que los nuestros ni tienen calidad para aspirar a Primera, que al parecer es el objetivo que se marcaron a comienzos de temporada.
Aquí lo dejo. Voy a hacer caso a Mari Ángeles y me voy a duchar y a bajar a lo de Antonio a ver el Betis-Barça relajado con una cerveza fresquita porque ¡ésa es otra!, ya empieza a hacer calor en Córdoba.