Manuel M. Cascante
En la Ciudad de México las botas no están hechas para caminar. Al tráfico intenso y a los automovilistas ignorantes hay que añadir, ahora, la dictadura de la bicicleta. Las aceras, invadidas por los coches, son cada una de su padre y de su madre. Los semáforos para peatones, por escasos, deberían tener consideración de patrimonio artístico. Y las ideas de las autoridades para resolver el problema no pueden ser más disparatadas. En resumen: Si eres minusválido (“persona con capacidades diferentes”, que para pervertir el lenguaje sí somos modernos), date por jodido y quédate en casa.
Para resolverlo, o para intentarlo, un “superhéroe” ha aparecido en el D.F.: Peatónito.
Para resolverlo, o para intentarlo, un “superhéroe” ha aparecido en el D.F.: Peatónito.
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