Pa quitarse el sombrero
José Ramón Márquez
Ya tenemos a Morante en marcha. El gordete de La Puebla se merendó por la mañana en Casa Moreno con media tostada impregnada en aceite con su jamón* y por la tarde lió la tremolina con una media verónica en la Plaza de los Toros de Sevilla, sin necesidad siquiera de irse a portagayola
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Es ponerse Morante a hacer monerías y ya tenemos en la piscina chapoteando a los críticos. Basta tan sólo una media verónica. Hay uno, harto sensible, que crea una imagen propia del ultraísmo calificándola como un ‘campanazo a cámara lenta’; otro, más bergsoniano, dice que la media ‘duró, directamente, toda una eternidad’; otro, como quien dice Paco Calvo Serraller, dice que ‘esculpió cinco verónicas y una media’; otro, entre el conductismo y Tamarit, afirma que ‘entre la indolencia y el arte de repente surgió la magia de una media’; aquél, más escorado hacia Polibio, que hubo ‘una media de antología, para la historia’ y, en fin, otro más próximo a Lassalle el de la (perrifláutica) Cultura, presenta el lance como ‘razón más contundente de que el toreo es una de las bellas artes’.
La barra casamorena de Morante
Luego vienen los números: el 23, el 46, el 47, el 74, el 171, el 212 y el 217, que son los números de los siete toros del Cuvillo rechazados en el reconocimiento por falta de peso y por falta de conformación zootécnica para la categoría de la Plaza. A nadie se le ocurre que el Moisés lo iba a hacer Miguel Ángel con arena de la playa, que para el campanazo, la eternidad, la escultura, la magia, la historia y las bellas artes, y hasta que se acepten las corridas de toros con carretón en vez de toro, precisan de un material artístico con cuatro patas que se amolde a los volubles gustos del creador.
No siento mucho interés por la media verónica de marras, la verdad, pero sí que habría dado lo que me hubiesen pedido por poder estar al lado de Morante, por la mañana, con otra tostada en Casa Moreno.
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*Debo esta imprescindible observación a @isanchezmejias
La papela de la escabechina
Siete cuvillejos devueltos al Grullo, y de primer sobrero,