lunes, 28 de marzo de 2011

Laura del Sol, aquellos ojos tristes de la Carmen de Saura


LAS JÓVENES ACTRICES

Los Domingos de Abc, 10 de Abril de 1983

Ignacio Ruiz Quintano

Tenía que haberla visto don Próspero Marimée, la melena recogida en una cola, una mano en el bolsillo y la otra sobre la mesa, espantando las avispas que chapiscan en el vaso de clarete, controlando el restaurante desde una equina y relamiéndose el sol que le azucara los labios, tan loca y tan amada, mientras aguarda a que le traigan el lenguado con patatas, que ella envuelve luego con rosado, con ducados, con dos cafés cortados y una copa de coñac que le sonroja la nariz y le quema los ojos, que son unos ojos tristes, dice, porque los que estamos en el espectáculo somos unos sentimentales, y entonces saca un poema de tres folios que le escribió un amante derrotado de antemano cuando trabajaba en el teatro, y cuatro fotos antiguas de otros tantos amantes antiguos, enamorados de la belleza de esta mujer de ojos salvajes y que, como los salvajes, se pasa el día bailando y conquistando vecinos.

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