Abc
Tres Marinas hay en España: el Arma en que sirve mi amiga Eva O’Regan, la zarzuela que Franco quiso llevar al cine y un filósofo de las emociones que habla de la democracia como Sarabia del fútbol.
–Carlos Herrera se felicita por la retirada de “ese bodrio” de Educación para la Ciudadanía –le dicen en una entrevista en “Jot Down”.
–A mí lo que me parece es que el que es un bodrio es Carlos Herrera.
Porque, según Marina, viejo maestro de la nueva España, la alfalfa de Educación para la Ciudadanía es para “defender los valores democráticos”.
¿Qué es un valor democrático?
El noruego Arne Naess, fundador de la “ecología profunda”, publicó más de trescientas definiciones de democracia con el fin de socavar las bases de los políticos que dicen que la democracia requiere esto y aquello:
–Yo sólo socavo bases –dice Naess–, no acuso de error. Las tradiciones británicas se retrotraen a ciertos autores del mundo griego y las concepciones soviéticas a Platón y Aristóteles. Todos tienen un pez gordo tras ellos.
Si Herrera “es un bodrio”, Marina tiene la sobria elegancia que el indio Guillén vio en Ortega, esa elegancia que conviene a un filósofo “muy siglo XXI” y que quisiera ser muy dandi, con su frente grávida de cosas muy sólidas y muy nutritivas, con el puño en el brazo del sillón como los majos solían colocar la mano en las caderas, con el don de filosofar, de encasillar, de escabullirse, de “espectar”, que es comprender cosas tan difíciles para los estómago ligeros como, por ejemplo, “el repunte de machismo en las escuelas” pasadas por la garlopa de Educación para la Ciudadanía…
Y, de pronto, la cumbre (a la que yo nunca he de subir):
–Lo que a mí me hubiera (gustado) ser es el artífice de una empresa que fuera al mismo tiempo el National Geographic, Amnistía Internacional y Walt Disney Productions.
El “archaeoraptor” chino de Christopher Sloan, la paz de Mayor Zaragoza y el “Bambi” de Zapatero.
España.
España.