miércoles, 6 de junio de 2012

Mire usté

Mire usté...

Ese mire usté sevillano que Aznar tomó prestado de González, que tanta gracia tenía al decirlo, se desaló, se despopularizó, se secó por el uso aznarista, que lo amojamaba todo y ahora la derecha lo utiliza como yerta entradilla a un tema de oposición. Mire usté: y te largan entero el tema 326 de su temario

Hughes

Hace poco escuchaba yo una entrevista radiofónica a un señor que con dominio y seguridad explicaba asuntos de gran oscuridad: los mercados, la prima, la crisis y el meollo de Bruselas. La pillé  comenzada la entrevista y no sabía de quién se trataba, pero tanto poderío me tenía intrigado. Dudaba de si fuera un político o un experto.

A medida que avanzaba, yo me impacientaba porque el señor tenía una flema técnica notable. Era, digamos, la pachorra del entendido -el entendido no es lo mismo que el enterao, que es el tertuliano-.
Hubo, sin embargo, algo que me hizo sospechar. Un énfasis chuleta y maquinal. Cada intervención la iniciaba con un mire usté. Al principio no le di importancia, pero luego empezó a ser escandaloso.

-¿Cree que los mercados se tranquilizarán?

-Mire usted… tiendo a pensar que sí.

-¿Hay riesgo de rescate?

-Mire usté, claramente no

Ahí vi claro que sólo podía tratarse de un político, si bien en su variante tecnocrática, porque era precisamente el mire usté lo que delataba a ese señor. El mire usté es un énfasis que paradójicamente estos políticos sueltan perezosamente, flemáticamente. Un énfasis antipático, además, porque cuando lo utilizan tiene ese vago matiz de “vamos a ver”, de reconvención, como si nos estuvieran sacando de un inmenso error.

Se trata de una expresión originalmente castiza, zarzuelera, que se oye mucho en el flamenco y que el político ha cogido del pueblo para su uso personal, quitándole todo el gracejo e invirtiendo su uso.
Es un casticismo engastado en el discurso plúmbeo del político disfrazado de hombre sin retórica. Pero de ese mire usté, dicho cansinamente, asoma precisamente su lado retórico, su cariz de vendeburras tras el disfraz de técnico. Además, ¿qué pasaría si trascribiésemos su discurso?

-Que mire usté qué crisis tiene este país.

Que sonaría a Zarzuela, que de ese mire usté nacería, transcrita, una zarzuela parlamentaria. Todo lo que se dice tras el mire usté será, lo quieran o no, materia zarzuelera. Achulapamiento delator y casticismo irremediable, irreductible.

En los debates encarnizados los contendientes se acaban pareciendo, convergen un poco, y ese mire usté Aznar lo imitó de González en los arduos debates del váyase, allí muta y se hace técnico y derechista y alcanza ahora el éxtasis alveolar de Rajoy, que lo ha llevado a una cúspide de finura.

Ese mire usté sevillano que Aznar tomó prestado de González, que tanta gracia tenía al decirlo, se desaló, se despopularizó, se secó por el uso aznarista, que lo amojamaba todo y ahora la derecha lo utiliza como yerta entradilla a un tema de oposición. Mire usté: y te largan entero el tema 326 de su temario.
 
Azorín amaba el énfasis elegante de Maura, y a nosotros, que es obvio que no somos Azorín, nos queda el énfasis apagado, desfallecido del mire usté, que se ha descastizado en estos señores de la tecnocracia del diferencial. Aunque ya lo dicen los Punsetes: “Ellos (los tecnócratas) siempre tienen razón, los números avalan su gestión; la tuya, no”.