lunes, 4 de junio de 2012

Perla china y rubí español

Don Claudio Sánchez-Albornoz

Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    Las mismas encuestas que daban que Mourinho había dejado al Madrid sin afición dan ahora que lo que esa afición “inexistente” exige es la españolización del Madrid, empezando con Silva (silva de varia lección).

    Pitar al himno español en el Bernabéu, como pretendían, es una bobada, pero hay que españolizar al Madrid.

    ¿Y quiénes son los españoles?

    Don Claudio Sánchez-Albornoz cuenta cómo un secretario leía en el Congreso el artículo de la Constitución de la monarquía restaurada, que empezaba así: “Son españoles…” Apenas había pronunciado estas palabras, Cánovas, que estaba en la cabecera del Banco Azul, con su habitual ceceo, las apostilló dirigiéndose al ministro de Estado:

    –Loz que no pueden zer otra coza

    Lo vemos en el Combinado Autonómico del señor Del Bosque, donde la mitad de los jugadores querrían “zer otra coza” que españoles, hasta el punto de que para hacerlos sentir cómodos, en vez de España, mandan a decir “La Roja”.

    –Nos odian por rojillos y a donde vamos no va nadie –consolaba Diego Rivera a la gran Dolores del Río, a cuyos estrenos de cine en México no iba nadie.
  
Total, que ahora España es la Roja, como Chile, y sus jugadores, los rojillos, como los mozos del Osasuna o los muralistas del PRI. Ninguno de ellos recriminó (pública o privadamente) la pitada de sus hinchas al himno del país que defienden. Ni siquiera Puyol, a quien el señor Del Bosque, que es marqués, llama en público “Puyi”, que es una cosa como de Sotoancho, y eso que “Puyi” improvisó en el Manzanares una especie de “Braveheart” autonomista corriendo como un William Wallace con los pendones de su pueblo.

    Mas el pueblo ha hablado en las encuestas: hay que españolizar al Madrid.

    Es el patriotismo (a falta de otro) del balón.

    El patriotismo del Bilbao, donde oficialmente todos son de la tierra, y el patriotismo del Barcelona, donde oficialmente todos son de la cantera.

    La cantera, pues, como nacionalismo de los pobres.

    Por eso en Madrid, lugar desde un punto de vista nacionalista muy pobre, toda la propaganda se vuelca hoy sobre una palabra muy emotiva que nada significa: cantera.

    Como si los que llegan de la cantera cobrasen un euro menos que los de fuera.
    Por no hablar de los conatos de guerra civil que se suceden cada vez que el Madrid se acerca a un futbolista de carné español.

    –No es fácil desenredar la madeja de los problemas nacionales –dijo al final de sus días don Claudio Sánchez-Albornoz–. Mas invito a todos a meditar sobre el pensamiento de Ibn Hazm de Córdoba: “Lejos de mí la perla de la China, me basta con el rubí de España”.

    Es un pensamiento pensado para el duelo Camacho & Del Bosque de anoche en Sevilla, en cuya plaza de toros un espontáneo en tarde de “cuvillos” provocó la carcajada unánime con una simple pregunta retórica:

    –¿Y estos toros dónde los habéis “comprao”? ¿En los “shinos”?

Ibn Hazm de Córdoba

SOLUCIONES
    Que ganar la Eurocopa no es la solución de España, ha dicho el señor Del Bosque, y a los cronistas les faltan palabras para ponderar la serena sabiduría de este paisano de Rafael Farina, y no tardaremos en darnos cuenta de que aquí va a ser más delito no animar al equipo de Del Bosque que pitar al himno nacional. Desde luego, ganar la Eurocopa no será la solución de España, pero podría serlo de los clubs propietarios de los futbolistas que el patriotismo de hojalata pretende colocar en el Madrid. Uno sirvió bajo el felipismo en la Brunete, y, sin embargo, no me siento menos español por preferir Drogba a Llorente o Neuer (“Noya” para Sanchís) a Valdés.