jueves, 5 de junio de 2014

Los Machado




Ignacio Ruiz Quintano
Abc

    En España, como en toda Europa, es talibán quien no es socialdemócrata.

    El socialdemócrata, veleta de estos tiempos, tiene por talibán a todo aquél, rojo o facha, que se muestre irreductible en sus principios.

    Talibanes y socialdemócratas se dan en las mejores familias, y ahí está el caso de los Machado, Antonio y Manuel, que Ruano, que los trató con frecuencia, retrata en dos anécdotas de sus memorias.
    
Yo a Antonio le llamé siempre don Antonio, y a Manolo, sólo Manolo, aunque nos tratábamos de usted. Por algo sería.
    
En el 36, poco antes de irse a Italia, encuentra Ruano a Manolo con Cansinos-Assens en un teatro. Era el entreacto y, siendo todos amigos, va a abrazarlos, pero Manolo se libra de aquel abrazo con un discurso ya entonces genuinamente socialdemócrata:

    –Mire usted, querido Ruano: usted me estima y yo le correspondo, pero son tiempos de pocas bromas y usted tiene fama de fascista. De modo que le agradeceré que no se muestre tan efusivo conmigo en público, porque yo soy un republicano que está con el pueblo.
    
Descuide usted, Manolo… –contesta Ruano–. Ni en público ni en privado. Por mí puede usted irse a la mierda.
    
En el 46, al volver a España después de mucha ausencia, encuentra Ruano a Manolo en la tertulia del Teatro Lara, “enterándome de sus actuales ideas”, y prefiere no acordarse de aquel desplante del 36.
    
A don Antonio lo ve Ruano por última vez en el Café de Recoletos, poco antes de la guerra civil. Ruano le habla de su vida en Roma y, de pronto, don Antonio le pregunta: “¿Ve usted al Rey?”

    –Con mucha frecuencia.
    
No sé si sabrá el Rey quién soy yo… Pero si usted cree que lo sabe y que esto puede alegrarle, dígale que estoy convencido de que nos equivocamos todos y que España sin el Rey va hacia una catástrofe.
    
Si vivieran en la España de hoy, Manolo sería un triunfador, otro poeta del pueblo, y don Antonio, eso que los socialdemócratas llaman, con gesto de estar oliendo a bosta, un talibán.