Micky y Los Tonys
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Ha muerto Argenta (hijo de Ataúlfo, rey godo de la música), y sus clásicos podrían escribir las notas más tristes esta noche…
–¿Por qué habrá de ser sol menor “la tonalidad de la tristeza”? –pregunta Steiner, que es el hombre que mejor ha preguntado por las intimidades de la música en el trance de la muerte: “El tiempo que la música 'toma' y que da cuando la ejecutamos o experimentamos es el único 'tiempo libre' que se nos concede antes de la muerte”.
Fernando Martín de Argenta Pallarés, hijo de Ataúlfo Exuperio Martín de Argenta Maza, pasó de Micky y Los Tonys a “Clásicos populares”, gracias a los cuales podíamos los oyentes, vueltos de espaldas al piano, como Mozart, decir el número y nombre de las notas de un acorde que tocara el pianista, de preferencia Diana Krall.
Le dio igual: en el mes largo que le ha llevado el tránsito no se interesó por Argenta ningún representante cultural del Ministerio, de la Comunidad o del Ayuntamiento, cuyos expertos musicales, por cierto, andan en el Conde Duque examinando para el carné municipal a los músicos callejeros, con lo que a Madrid se le pone esa cara espantosa del Moscú que conoció “El maestro Juan Martínez que estaba allí”, descrita por Chaves Nogales.
Juan Martínez era flamenco, de Burgos, bailarín, con una nariz judía y un pellejo “duro y curtido como el cordobán”. Si hoy viviera, estaría pasando el examen municipal exigido por un concejal al que nadie examinó para concejal, por no tirar hacia arriba.
–Tóqueme usted la flauta.
El flautista ataca “Los sirgadores del Volga”, el experto escucha y el secretario levanta acta.
En Getafe, la experta de Juan Soler censura a los músicos por la homofonía del nombre.
Estas derechas municipales ya dejaron sin subvención a Paloma O’Shea. “¿Ustedes defienden que la esposa de Botín haga filantropía con dinero público?”, afeó, ciceroniano, a la oposición el gobernador cultural de la ciudad.
Descanse en paz Argenta.