viernes, 29 de junio de 2012

Gracias, Sara

Carretera de Titulcia-Chinchón
Sinergias del balompié español

Jorge Bustos

No tiene que ser nada fácil ser Sara Carbonero. Y no nos referimos ahora a la consecuencia aparejada de tener que convivir con portero tan milagroso pero hombre tan elemental como Íker Casillas. Tampoco tiene que ser nada fácil ser Isabel Pantoja, sobre todo si la Fiscalía pide para ti tres años de trena por blanqueo de capitales. Sin embargo, a Isabel Pantoja, arrestada y procesada bajo indicios ciertos de delito, no le faltan mesnadas de groupies que hacen vela en el juzgado para trasladarle su mitómano calor con la misma berroqueña certeza respecto de su inocencia que siguen abrigando los fans perfectos de Michael Jackson respecto de la blancura accidental de su piel. En cambio, esta Eurocopa ha alojado a Carbonero contra su voluntad en el ilustre club de los chivos expiatorios, que si son el mejor amigo del hombre en general, conquistan desenfrenadamente el corazón español en particular.

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