Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Ausente el gato, los ratones se divierten. Es lo malo del parón invernal. Te quitan el fútbol y, para matar el rato, salen a bailar, entre bastoneras vestidas de conejos, unos cómicos con instrucciones de mascotas. Son los Actores Secundarios Bob puestos en circulación por la cultura Simpson.
El Actor Secundario Bob del Barcelona es Cruyff, obligado, como un D’Alessandro cualquiera, a hablar (mal) de Mourinho para salir en los papeles.
España le dio a Cruyff tres Ligas por la misma regla de tres que a José Tomás le ha dado tres Paquiros, y ahora figura como seleccionador autonómico de Cataluña, aunque sin olvidar ese “Al Rey de España / rendí yo siempre honor” de su himno holandés.
En tanto que Actor Secundario Bob del Barcelona, Cruyff dice por “vanidat” lo que Pep no puede decir por “humildat”: que si a Mou le tenemos tomada la medida, que si Löw es más peligroso que Mou, que si sólo de la cantera (¡el tío de Lucendo y Romerito!) salen equipos que hacen época...
Al margen de la cosa tribal, uno nunca ha entendido el prestigio popular de las canteras, sobre todo cuando la experiencia nos dice que el tuercebotas canterano, por el mero hecho de ser canterano, acaba cobrando un euro más que el más refinado mercenario.
Y el Actor Secundario Bob del Madrid sería Del Bosque, que tiene de Cruyff ese modo de hablar a lo Zaratustra, como de haber batido la sopa primordial de la que surgieron el Madrid y el Barça modernos.
En plena locura española por el ahorro a la catalana, Del Bosque pasa públicamente la factura de su madridismo:
–Mi vida en el Madrid no se puede borrar. Ni las veces que volvía de madrugada para ahorrarle un hotel al club, o las que fui a buscar balones perdidos, o cuando me quedaba a apagar las luces de los vestuarios para no gastar. Pero, en fin, siempre habrá cerriles en esto.
Ni Pep, ese muchacho indeciso del que Del Bosque tiene dicho que le gusta todo, hubiera llegado más lejos en ese ajuste de cuentas que, por otro lado, revela un sentido de grandeza (Del Bosque es marqués) que no está al alcance de un Mourinho, al que nadie ha visto apagando luces del vestuario para no gastar, ni buscando balones perdidos por el Ventisquero de la Condesa (que es a donde irán a parar los despejes de Ramos y Pepe en Valdebebas), ni viajando de madrugada para ahorrarle un hotel al club... Y encima se quiere ir a Inglaterra, donde no puede haber condumio saludable ni honesto contubernio.
–A Mou le regalaría un “caganer” –ha dicho Villarrubí, custodio del “seny”, uno de los valores del Barça.
Año Nuevo, pues, y Vida Vieja, con otra reposición del Día de la Marmota (Madrid-Barça, Barça-Madrid), pero esta vez con el vaticinio maya de que, quien gane, será la última vez que lo haga (capador el que más chifle), porque el mundo se acaba, según su conocimientos.
–Quieren mi nombre, no mis conocimientos –se queja Cruyff
.
Es la queja de todos los viejos.
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Abc
Ausente el gato, los ratones se divierten. Es lo malo del parón invernal. Te quitan el fútbol y, para matar el rato, salen a bailar, entre bastoneras vestidas de conejos, unos cómicos con instrucciones de mascotas. Son los Actores Secundarios Bob puestos en circulación por la cultura Simpson.
El Actor Secundario Bob del Barcelona es Cruyff, obligado, como un D’Alessandro cualquiera, a hablar (mal) de Mourinho para salir en los papeles.
España le dio a Cruyff tres Ligas por la misma regla de tres que a José Tomás le ha dado tres Paquiros, y ahora figura como seleccionador autonómico de Cataluña, aunque sin olvidar ese “Al Rey de España / rendí yo siempre honor” de su himno holandés.
En tanto que Actor Secundario Bob del Barcelona, Cruyff dice por “vanidat” lo que Pep no puede decir por “humildat”: que si a Mou le tenemos tomada la medida, que si Löw es más peligroso que Mou, que si sólo de la cantera (¡el tío de Lucendo y Romerito!) salen equipos que hacen época...
Al margen de la cosa tribal, uno nunca ha entendido el prestigio popular de las canteras, sobre todo cuando la experiencia nos dice que el tuercebotas canterano, por el mero hecho de ser canterano, acaba cobrando un euro más que el más refinado mercenario.
Y el Actor Secundario Bob del Madrid sería Del Bosque, que tiene de Cruyff ese modo de hablar a lo Zaratustra, como de haber batido la sopa primordial de la que surgieron el Madrid y el Barça modernos.
En plena locura española por el ahorro a la catalana, Del Bosque pasa públicamente la factura de su madridismo:
–Mi vida en el Madrid no se puede borrar. Ni las veces que volvía de madrugada para ahorrarle un hotel al club, o las que fui a buscar balones perdidos, o cuando me quedaba a apagar las luces de los vestuarios para no gastar. Pero, en fin, siempre habrá cerriles en esto.
Ni Pep, ese muchacho indeciso del que Del Bosque tiene dicho que le gusta todo, hubiera llegado más lejos en ese ajuste de cuentas que, por otro lado, revela un sentido de grandeza (Del Bosque es marqués) que no está al alcance de un Mourinho, al que nadie ha visto apagando luces del vestuario para no gastar, ni buscando balones perdidos por el Ventisquero de la Condesa (que es a donde irán a parar los despejes de Ramos y Pepe en Valdebebas), ni viajando de madrugada para ahorrarle un hotel al club... Y encima se quiere ir a Inglaterra, donde no puede haber condumio saludable ni honesto contubernio.
–A Mou le regalaría un “caganer” –ha dicho Villarrubí, custodio del “seny”, uno de los valores del Barça.
Año Nuevo, pues, y Vida Vieja, con otra reposición del Día de la Marmota (Madrid-Barça, Barça-Madrid), pero esta vez con el vaticinio maya de que, quien gane, será la última vez que lo haga (capador el que más chifle), porque el mundo se acaba, según su conocimientos.
–Quieren mi nombre, no mis conocimientos –se queja Cruyff
.
Es la queja de todos los viejos.
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LORD PROTECTOR DE INGLATERRA
Guardiola renueva año a año (pela a pela): eso es “humildat”, no falta de “compromís”. Mourinho tiene morriña-saudade-spleen de Inglaterra: eso sólo puede ser traición. Pero lo dijo en 1799 (antes, por tanto, de que se fundara el Madrid) John Offley, un vinatero inglés de Oporto: “Los portugueses se consideran como los protectores de Inglaterra, de la que piensan que al fin de cuentas no es más que una isla que no se puede comparar con una potencia continental.” Que es lo que piensa el español de la Cataluña de Cruyff.
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Guardiola renueva año a año (pela a pela): eso es “humildat”, no falta de “compromís”. Mourinho tiene morriña-saudade-spleen de Inglaterra: eso sólo puede ser traición. Pero lo dijo en 1799 (antes, por tanto, de que se fundara el Madrid) John Offley, un vinatero inglés de Oporto: “Los portugueses se consideran como los protectores de Inglaterra, de la que piensan que al fin de cuentas no es más que una isla que no se puede comparar con una potencia continental.” Que es lo que piensa el español de la Cataluña de Cruyff.
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