viernes, 27 de enero de 2012

Marchando una de juanpedros para Ruiz Miguel

El milagro de la pierna adelantada

José Ramón Márquez


Igual es verdad, o si no, es un chiste de lo más gracioso. Parece ser que Ruiz Miguel ha pedido volver a Pamplona este año, a San Fermín, y que se ha pedido los juampedros. En julio Ruiz Miguel tendrá 63 años. El hombre habrá mirado el panorama que le rodea y habrá visto a las claras que está para reaparecer sin que se le descomponga la sonrisa. En agosto le vimos en Sanlúcar de Barrameda con un encierro de Fuente Ymbro, vestido de azul pavo y oro, clásico, asolerado, estupendo, lleno de torería, de esa torería que hoy tanto se echa en falta entre los matadores de toros. Le vimos en Sanlúcar y nos dio una de las tres mejores tardes de la pasada temporada a base de torear a lo clásico, de demostrar lo importantes que son los terrenos, de matar marcando los tiempos, de hacerse el amo de la tarde con los argumentos menos modernos que puedan existir, pura evocación de otra época y de otros toreros que le acompañaban: de El Formidable, de Martín Toro

Para Ruiz Miguel, torero de alimañas de Galapagar, de miuras de mirada hueca, de murteiras, de doloresaguirres... ahora, en su senectud, los juampedros, como un bálsamo para sus seis décadas de lucha y para dejar en ridículo a los toreros jóvenes, a los importantes, a los gedieces, a los top model, toreros que jamás se han visto ante un toro de aquellos y que llevan enhebrando sus carreras a base de mendigar en todas partes, en plena juventud, los mismos toros que se pide ahora un hombre de sesenta y tres años que derrocha torería, mando y arrestos, un hombre al que en su época se le tildaba de ‘legionario’, un torero.